Cristina Medina
Los ornitólogos lamentan que la presión urbanística de los hábitats naturales continúe y piden que se cumplan las normativas europeas y los compromisos de conservación adquiridos por las autoridades. Uno de los problemas sobre los que llaman la atención es la desecación de humedales como el Fondó d'Elx y Crevillent que ha pasado a ser inútiles para los regantes, y para las aves de zonas húmedas.
La Sociedad Española de Ornitología (SEO) y la misma entidad en Portugal celebran en Elche su congreso anual, donde más de 300 ornitólogos, científicos y amantes de las aves, ponen en común sus trabajos y proyectos. En la reunión denunciaron los efectos que la presión urbanística está teniendo sobre las aves que habitan en zonas húmedas. Los conservacionistas dijeron ayer que hay que ponerse de acuerdo y reconocer que la situación actual del Fondó no es buena para nadie, ni para los regantes ni para los conservacionistas. El delegado de la SEO en la Comunidad Valenciana, Mario Giménez manifestó que es necesario llegar a un acuerdo e implicar a los gestores del parque, la consejería, y al Ministerio de Medio Ambiente para buscar una solución que podría pasar por "segregar el uso para riego y ofrecer alternativas". "Se están pasando la pelota unos a otros" afirmó, reconociendo que el asunto es complejo.
Una de las ponencias de este congreso ha sido la recuperación que se ha hecho en el término municipal de Elche de un humedal que hace dos décadas estaba seco y a punto de pasar a ser considerada como zona de edificación. Ahora es un hábitat idóneo para muchas aves y un espacio natural recuperado para la ciudad donde habitan y nidifican especies en peligro de extinción. Giménez explicó ayer que desgraciadamente este caso es una excepción en un entorno donde "cada vez hay más cemento por todos lados" y puso como ejemplo municipios como Torrevieja, La Mata y Santa Pola donde la presión urbanística sobre las salinas y las lagunas va en aumento.
La SEO no se limita a hacer públicas estas denuncias si no que trabajan para exigir el cumplimiento de las normativas e incluso han llevado en ocasiones a los tribunales lo casos más graves. Creen que en vez de caminar hacia los objetivos marcados por la directiva europea del agua para 2015, que obligará a mantener los humedales en buenas condiciones, vamos para atrás. Demandan la implicación en este esfuerzo de todas las administraciones.
Vía El País
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