El Gobierno aprobó el pasado viernes la creación del nuevo Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas, encargado de controlar, las 24 horas del día, la seguridad de más de 3.500 instalaciones sensibles, como vías de transporte, centrales eléctricas o redes de abastecimiento de agua y alimentos.
En los últimos meses el Gobierno ha elaborado un catálogo con 3.500 instalaciones "críticas" en toda España, listado que tiene lógicamente un carácter secreto para garantizar su seguridad.El nuevo centro de coordinación se enmarca dentro de la política de seguridad común de la Unión Europea, que establece planes de emergencia en todos los países comunitarios.
La normativa europea que ha permitido este plan reconoce que el riesgo de "ataques terroristas catastróficos" contra infraestructuras críticas "va en aumento" y por ello crea un catálogo de instalaciones sensibles a estos atentados.
Establece que las infraestructuras críticas son aquellas instalaciones, redes, servicios y equipos físicos y de tecnología de la información cuya interrupción o destrucción pueden tener una repercusión importante en la salud, la seguridad o el bienestar económico de los ciudadanos o en el eficaz funcionamiento de los gobiernos de los Estados miembros.
Entre estas instalaciones sensibles destacan las centrales y redes de energía, las comunicaciones, las finanzas, el sector sanitario, la alimentación, el agua -embalses, almacenamiento, tratamiento y redes-, los transportes -aeropuertos, puertos, etc-, monumentos nacionales, así como la producción, almacenamiento y transporte de mercancías peligrosas, como material químico, biológico o nuclear.
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