Miguel Á. Rodríguez (La Voz de Galicia)
Desde el próximo 17 de abril, todas las viviendas nuevas que se construyan en Galicia deberán instalar un sistema de recogida, almacenaje y depuración del agua de lluvia para su reutilización doméstica. Los depósitos recogerán también el agua procedente de los lavabos y las duchas para su posterior reciclaje. El agua de estos macrorrecipientes, una vez decantada y filtrada, se usará tanto para las cisternas como para las lavadoras y el riego.
El coste del equipamiento supondrá un desembolso medio próximo a los 2.000 euros por vivienda. Solo el primer año de aplicación, la medida le costará al sector constructor algo más de cien millones de euros, si la media de viviendas nuevas en la comunidad autónoma se mantiene en el entorno de las 50.000 visadas en el 2007 (6.000 de ellas, casas unifamiliares).
Esta apuesta por el ahorro de un bien básico como el agua aparece recogida en el Decreto 262/2007 de la Consellería de Vivenda que regula las nuevas normas del hábitat gallego, donde también figura la obligatoriedad de instalar paneles solares capaces de generar la electricidad suficiente para calentar entre el 50 y el 70% del agua de las viviendas.
El sistema de reciclado y reutilización de aguas pluviales y aguas grises (duchas y lavabos) permitirá ahorrar un 50% en el consumo familiar de agua. Los depósitos ya están siendo utilizados en países como Alemania o Suiza, en zonas del Levante español y en las islas Baleares. En todos los casos, se han medido ahorros del agua de la traída próximos al 50%.
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