La sequía terminó ayer en el área barcelonesa de forma oficial. Lo hizo tras 19 meses de restricciones por la escasez de agua y con los embalses del Ter-Llobregat al 72,7% de su capacidad.
El volumen acumulado, que casi triplica el de hace 12 meses (27%), no bastará para llenar las fuentes de Barcelona. La Generalitat, que levantó las restricciones en la província, también prorrogó el decreto de sequía hasta el 31 de diciembre del año próximo. Por más que llueva, recoge el documento, los municipios del área barcelonesa tendrán prohibido destinar agua potable a las fuentes ornamentales hasta 2010.
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