La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) urgió hoy al Ministerio de Industria a que agilice los trámites burocráticos necesarios para que los agricultores puedan sumarse a la producción de energías renovables.
De esta forma, los regantes reivindican su papel como productores de electricidad a partir del agua, la tierra o el viento, lo que permitiría aprovechar recursos naturales ya existentes y contar con una mayor dotación de energía que haga posible dar respuesta a las distintas necesidades de abastecimiento de nuestro país.
En primer lugar, Fenacore propone la adjudicación de “mini-parques eólicos” a aquellas comunidades de regantes que presenten un consumo significativo de energía eléctrica, siguiendo el ejemplo de la comunidad de usuarios de Laesa (Huesca), que tiene prevista la creación de tres mini-parques con tres torres cada uno.
Por otro lado, los regantes plantean aprovechar la fuerza del agua que cae de los desniveles de las acequias para generar electricidad, tal y como ocurre en la Comunidad de Riegos del Alto Aragón, que ya cuenta con un total de siete “minicentrales”. Asimismo, es posible desviar parte del caudal del río mediante una presa (azud) y utilizar la presión de la caída del agua para la creación de energía, tal y como vienen realizando las comunidades de regantes de Amposta y Tortosa, ubicadas a ambas márgenes de la cuenca del Ebro.
La energía procedente de la luz solar es otra de las vías que los regantes consideran necesario “explotar” en mayor medida. De esta forma, proponen aprovechar los terrenos no cultivados propiedad de las comunidades de regantes –localizados junto a las balsas o canales- para la ubicación de placas fotovoltaicas, conformando “plantaciones” solares.
Por último, los regantes están dispuestos a ceder parte de sus derechos de uso del agua –tal y como contempla el artículo 67 de la Ley de Aguas- a las sociedades interesadas en poner en marcha plantas de energía termosolar, lo cual sería especialmente idóneo en comunidades como Andalucía, Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha por la amplia extensión de sus terrenos.
Fuente.- FENACORE