El 7 de junio se celebró en Valladolid la quinta edición del Foro de la Economía del Agua. En esta ocasión, el evento estuvo centrado en el ámbito nacional, aunque las lecciones extraídas bien pueden aplicarse en casos más allá de nuestras fronteras.
Tal como hice la última vez que tuve la oportunidad de acudir al Foro, comparto en iAgua varias reflexiones que se escucharon durante el transcurso del mismo y a las que creo que merece la pena dedicar una lectura aunque no se esté necesariamente de acuerdo.
- La pobreza hídrica (o energética, o de cualquier tipo) no existe como tal: es pobreza.
- En situaciones de escasez del recurso, los problemas del agua son problemas sociales, tal como se remarcó en la primera mesa de debate.
- A pesar de la aparición de nuevos términos en la gestión del agua (resiliencia, smart water, etc.), la esencia no cambia tanto. Así lo hizo saber Carlos Mario Gómez, Director del Departamento de Economía, Universidad de Alcalá.
- Hablando de resiliencia: la definición más común de esta palabra alude a la capacidad de recuperación o adaptación ante situaciones adversas, pero en el caso del agua también debe contemplar la capacidad de adaptarse sin saber qué va a pasar en el futuro. Como lo que está por venir a causa del cambio climático, por ejemplo.
- Cuando hablamos de agua al ciudadano, solo percibe lo que ocurre entre su grifo y su retrete. Y eso es un problema, según el Director Académico del Foro Gonzalo Delacámara.
- El modelo de gestión hídrica no es determinante en su eficacia: las decisiones y desafíos a los que se enfrenta el operador son los mismos, ya tenga carácter público o privado. Dicho de otra manera: la discusión entre “lo público” y “lo privado” es irrelevante siempre que prevalezca el bienestar social.
- Otra invitación a actuar de Gonzalo Delacámara: Si esperamos a la crisis para hacer algo, el abanico de respuestas será más reducido y probablemente más caro. La sequía incipiente en España es una clara candidata a cumplir este vaticinio.
- El estado adolece de la capacidad de evaluar los servicios concesionados, una fórmula cada vez más habitual en el sector del agua.
- La gestión pública o privada del agua es como el fútbol: aunque lo que deberíamos valorar es el buen fútbol, cada uno toma partido por su equipo y es incapaz de reconocer lo bueno del otro. Esta comparación, cuyo autor es el Catedrático de Derecho Administrativo de la USAL Ricardo Rivero, me pareció especialmente acertada.
- Rivero también remarcó el carácter cortoplacista de muchas decisiones empresariales. No está únicamente restringido a la política.
- Caso Valladolid: a punto de entrar en una fase de gestión pública del ciclo integral del agua, la empresa privada volverá a ser protagonista algún día, ya que cuenta con una especialización que no tiene la pública.
- En línea con lo anterior sobre Valladolid, una de las mayores preocupaciones se centra los trabajadores. Ramón Ruiz de FICA-UFT recordó que no existe legislación que los ampare en estas situaciones, cosa que, como contó, sí ocurre en Alemania.
Estas son solo unas pocas ideas. El resumen más completo está aquí, y en el hastag #EconForo5 las declraciones más precisas.
Nos vemos en la próxima edición.
