El lago Crater en Oregón (Estados Unidos) es el más profundo del país. Otro rasgo que caracteriza a esta masa de agua es su brillante color azul, casi artificial.
Sin embargo, hay otro 'elemento' que define el paisaje: un tronco de unos 9 metros de altura y 60 centímetros de diámetro que flota verticalmente en el lago por lo menos desde 1896. La parte a flote tiene unos 1,2 metros de altura, y puede aguantar el peso de un hombre de pie.
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Hallado ese mismo año por el explorador Joseph Diller, el llamado 'Viejo del Lago' (The Old Man of the Lake) ya había viajado 400 metros en el agua desde su descubrimiento hasta 1902.
En una segunda investigación, se observó que el tronco había logrado desplazarse cerca de 100 kilómetros gracias a los fuertes vientos y el oleaje entre el 1 de julio y el 30 de septiembre de 1938.
Aunque tenga la mayor parte de su volumen sumergido, el Viejo del Lago puede desplazarse incluso en contra del viento, según señalan empleados del Parque Nacional donde se encuentra.
En cuanto a su antigüedad, los estudios con carbono 14 sugieren que tiene más de 450 años, aunque su presencia fuera detectada hace "solo" 120 años.
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¿Por qué flota?
Con ese tamaño, lo lógico es pensar que el tronco tendría que estar en posición horizontal sobre el agua. Sin embargo, el Viejo del Lago desafía el sentido común.
Al principio, se especuló con que podría tener rocas atrapadas en la base en el momento de su caída al agua, que harían de contrapeso obligando al tronco a flotar de este modo.
Actualmente no hay rocas en esa zona del Viejo, y se cree que tanto tiempo flotando en vertical ha aumentado la densidad de la parte sumergida hasta hacerla conservar la posición. La zona emergida se mantiene relativamente seca, y cada vez más blanquecina por el efecto de la luz solar.
No hay pruebas de esta hipótesis aún, pero como dice el ecologista del Parque Mark Buktenica, "estoy bien sin saberlo".
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