La verdad es que este artículo lo escribo como reacción y comentario ampliado a la última publicación de Alberto Vizcaíno esta misma semana, “Deja de reciclar y bebe agua del grifo”. Su lectura ha sido esa última gotita que necesitaba para que mi voluntad rebasara el borde del vaso rebosando a escribir sobre un tema y un punto de vista que siempre me ha inquietado, el silenciamiento de nuestras conciencias detrás de pequeños gestos con los que quedamos tranquilos, díría que incluso inconscientes, pensando que ya hemos cumplido con nuestra parte de responsabilidad sobre la conservación del planeta. Lo que nos lleva a dejar de abordar lo que realmente es importante, que son nuestras pautas de comportamiento y consumo, y que son el instrumento con el que de verdad podemos influir en que nuestras vidas sean o no sean sostenibles con el planeta.
Además se trata un tema con el que por mi profesión e inquietudes personales estoy altamente sensibilizado, que son las pautas de consumo de agua y su impacto en el medio.
Hay algo que me cuesta mucho comprender y es por qué consumimos tanta agua envasada. No le encuentro ninguna explicación lógica salvo situaciones muy puntuales
No lo entiendo desde el punto de vista económico; por el precio de una garrafa de 5 litros en cualquier supermercado (precio medio en Amazón entre 1,00€ y 1,65€), por el mismo coste, en el grifo de tu casa tienes aproximadamente 1.000 litros (precio medio según la OCU entre 1,30€ y 1,91€), y además te la llevan a casa, que digo a casa, te la llevan al rincón de tu casa que prefieras: al baño, a la cocina, al jardín, al garaje, ¡¡ DONDE QUIERAS !!, es como el tele pizza pero en agua, un TELEAGUA que además es MUCHO MÁS BARATO Y NO TE DESTROZA LAS MANOS PARA SUBIRLA A CASA.
Y lo mejor de todo el agua del grifo apenas produce ningún residuo, mientras que la embotellada, mínimo produce 200 garrafas de plástico por cada 1 m3 consumido (1.000 litros).
Aquí es donde empieza lo de acallar a nuestras conciencias, y que tan bien describe Alberto en otro de sus artículos, por lo que me remito a su lectura “No es la gestión de envases, es el modelo de consumo” , y donde se explica muy bien que con echar la botella al contenedor no es suficiente para evitar la grave contaminación y el pernicioso efecto del plástico en el medio ambiente y que en muchos casos se limita a un gesto con el que acallar nuestras conciencias. Además y esto lo añado yo, así no nos sentirnos responsables de la muerte de esas tortugas y delfines ahorcados por anillos de plástico o esas aves y peces muertos por ingesta de pequeños trozos de plástico, ya que NOSOTROS HEMOS LLEVADO NUESTRA BOTELLA AL CONTENEDOR.
Nota: mejor al contenedor que no a al cubo de la basura sin más, al menos así una parte se recicla.
El comportamiento más respetuoso DE VERDAD es NO CONSUMIR esos envases de plástico, y con el agua lo tenemos MUY FÁCIL, solo hay que ABRIR EL GRIFO.
Además para aquellos que piensen que el agua del grifo es de mala calidad debo de señalar que en España, y al menos en los países con mayor desarrollo económico, el agua del grifo es la más controlada que existe, con niveles de trasparencia y de información al consumidor sobre su calidad cada vez mayores. Información que no se limita a un spot televisivo, si no a la disponibilidad en tiempo real de los controles periódicos a los que se somete esta agua. Tanto los controles que realiza Sanidad, que pueden consultarse en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC), dependiente del Ministerio de Sanidad, como en muchos casos en las webs municipales tanto de Ayuntamientos, como de los gestores de los servicios de aguas, donde se cuelgan todas las analíticas realizadas al agua del grifo, como por ejemplo en la web municipal de Ciudad Real.
Difícilmente podrás consumir ningún otro alimento que esté sometido a tantos controles de calidad, y lo mejor de todo, controles a los que puedes acceder, disponiendo de ellos de forma tan detallada e inmediata como el agua... del grifo.
Tras estas argumentaciones tan de peso, vuelvo al mismo punto de partida, no entiendo porque consumimos tanta agua envasada. Aquí es donde me acuerdo de ese dicho tan popular de que “Predicar con el ejemplo es el mejor argumento”, y es que de nada sirve decir que debemos de proteger el medioambiente, preservar el planeta, no contaminar y que el agua del grifo es la mejor, mientras que desde la mesa donde damos nuestro discurso, a nuestros argumentos los preside una botella de agua de plástico de usar y tirar... ¡¡¡ NO NOS VA CREER NADIE !!!
Quizá la causa de mi falta de entendimiento esté en que desde las esferas de influencia, administración, empresas, organismos varios, asociaciones, etc… no estemos dando el ejemplo correcto.
¿Cuántos municipios hay en España? Aproximadamente 8.125.
Como ejemplo y por hacer un número muy grueso. Si en cada uno de ellos se celebran al menos 4 plenos al año y en cada pleno participan al menos 6 personas, y cada una de ellas consume una botellita de agua de usar y tirar, estamos tirando 195.000 botellas de plástico al año. Esto que ya de por sí es una cantidad ingente de plástico conlleva el dato de que estos residuos están siendo generados por los organismos que en este país tienen la competencia de facilitar el servicio de consumo de agua humana, o lo que es lo mismo el agua del grifo.
Evidentemente ninguno de estos organismo, ni las personas que los componen hacen esto deliberadamente, pero precisamente por ese motivo hago esta reflexión, para pensar en ello y que desde los ayuntamientos, que son los organismos responsables de controlar que tengamos agua de calidad en nuestras casas, se comience a dar ejemplo.
Sería muy recomendable que en todos sus actos, el agua que se consuma sea agua del grifo, de forma que se dé ejemplo al resto de ciudadanos.
Esta premisa está claro que para conseguir un mayor alcance e impacto social, debe de extenderse al resto de las administraciones y organismos que las componen, y por supuesto a todas las empresas y profesionales que nos dedicamos a la gestión del agua. Aquí me he dado una vuelta por mi lugar de trabajo y he podido comprobar aliviado, que todos bebemos agua del grifo. Es la foto de portada.
En este sentido hay que apuntar que va creciendo esta sensibilidad, tanto en la administración, como en las empresas del sector, y aunque por ahora pocas, son cada vez más las iniciativas para promover el consumo del agua del grifo. Ahí está la campaña lanzada por el Ayuntamiento de Córdoba con el apoyo de EMACSA y AEOPAS, donde se acuña un término que me ha gustado mucho, “Progrifo”, y que trata de promover el uso del agua del grifo y lo hace dando ejemplo.
Otro lugar donde desarrollan campañas de promoción del consumo de agua del grifo es en Ciudad Real, donde desde hace un par de años, aprovechando el Día Mundial del Agua, se realiza una campaña de difusión de los beneficios del consumo de agua del grifo.
Otra iniciativa en este sentido muy interesante son las catas de agua para comparar y hacer ver al ciudadano que la calidad el agua no tiene nada que envidiar de la envasada. En este sentido cabe reseñar la importante labor que viene realizando el laboratorio Labaqua del grupo SUEZ en el desarrollo y difusión de estas catas de agua.
A pesar de todo, estos ejemplos deberían ser sólo el inicio de una tendencia global en la que tanto la administración como todos los actores del sector del agua nos deberíamos de implicar de forma decidida, dando ejemplo y facilitando información exhaustiva sobre la calidad y beneficios del agua del grifo, de forma que se extienda su consumo.
Y por ser ambicioso y crear algo de debate, ojalá lo hagamos tan bien que desaparezcan los contendores de envases porque ya no los necesitemos, para eso “Prediquemos con el ejemplo”.
Gracias por haber dedicado unos minutos a leer este post y gracias también anticipadas por compartir tus reflexiones. Si te ha gustado no olvides dar un like en el corazón azul y compartir en redes sociales (virtuales o presenciales).
Hasta la próxima.
