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¿Qué fue la Declaración de Dublín?

Sobre el blog

Francisco Javier Salguero
Ingeniero Industrial y Máster en Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente. En la actualidad, se encuentra especializándose en hidráulica urbana.
  • La regulación del uso del agua ha venido evolucionando desde la época de los romanos.

La regulación del uso del agua ha venido evolucionando desde la época de los Romanos, del mismo modo que lo ha hecho el empleo que se le daba a ésta.
 Dicha regulación siempre ha sido un tema complejo y que ha venido afectando por igual en muchas zonas a lo largo de todo el planeta. Efectivamente, se constituye como un problema complejo que aun persiste y cuya resolución llega hasta nuestros días. Es más, hablamos de una solución globalizada, una solución que si se ejecutara en algún país y funcionara, sería rápidamente copiada, tal y como ocurrió con la Ley de Aguas de 1879, que influyó de manera notable en muchas de las legislaciones de aguas hispanoamericanas posteriores.

Hoy en día, y con la Directiva Marco del Agua encima de la mesa, si hay que destacar un hito en la regulación de la gestión del agua, éste se produjo en la Conferencia Internacional de Dublín sobre Agua y Medio Ambiente (CIAMA). Celebrada durante los días 26 y 30 de enero de 1992 en Dublín, y cuyas conclusiones fueron bautizadas como la Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible.
 Tal evento reunió a más de 500 expertos designados por gobiernos y organizaciones internacionales, intergubernamentales y no gubernamentales, con la finalidad de abordar una grave situación de escasez y uso abusivo del agua dulce, que a su vez impedía el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
 Las conclusiones de tal congreso pueden resumirse en cuatro principios:

La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua

  • Principio Nº 1: El agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente.
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Principio Nº 2: El aprovechamiento y la gestión del agua debe inspirarse en un planteamiento basado en la participación de los usuarios, los planificadores y los responsables de las decisiones a todos los niveles.
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Principio Nº 3: La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua.

  • Principio Nº 4: El agua tiene un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se destina y debería reconocérsele como un bien económico.


En realidad, los expertos del CIAMA realizaron un llamamiento a la colaboración de todas las esferas de la sociedad ya que, según ellos, sólo un compromiso real y un enfoque radicalmente nuevo a la evaluación, el aprovechamiento y la gestión de los recursos de agua dulce podrían solventar los problemas sobre agua y desarrollo sostenible. De esta manera, ya entonces, se le concedía a la gestión del agua la importancia pública que merece, y que actualmente queda subraya en la DMA.
 Pero la cosa no quedó aquí, porque como se puede leer en el Principio Nº4 se le estaba dando importancia al coste económico que acarreaba el uso del agua, y que posteriormente se plasmó en la DMA como la recuperación de costes.

En definitiva, la Declaración de Dublín evidenció la importancia y la necesidad de la existencia de un plan de regulación transparente del agua, que requiere de la participación responsable de todos sus usuarios. Solo de este modo se consideraría la importancia de los problemas destacados y se alertaría en la necesidad de buscar una solución rápida y efectiva. De esto hace ya 22 años. 

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