Hoy, que en España celebramos el Día del Árbol y de la Reforestación y en el mundo entero el Día Internacional de los Bosques, no está de más recordar que cuidar de nuestros árboles y nuestras masas forestales es luchar contra el cambio climático, porque la relación entre ambos es muy directa.
Los bosques cumplen un papel fundamental en ese proceso de extraer de la atmósfera el CO2 y de producir oxígeno; pero a la inversa, además, la deforestación y quema de bosques aumenta ya un 20% las emisiones de CO2, una cifra alarmante que, de aumentarse, nos alejaría de esa reducción de emisiones propuesta por la globalidad de los países en COP21.
Es un hecho, hay que ir un paso más allá y además de poner todos las medidas preventivas necesarias para evitar la quema y la deforestación, hay que alentar proyectos que sirvan para mitigar los efectos del cambio climático, participando en siembra y plantación de nuevas masas forestales.
En Fundación Aquae hemos puesto en marcha el proyecto Sembrando Oxígeno, que nos permite, de forma controlada y coordinada con las autoridades locales, aumentar el número de hectáreas de masa forestal y proteger así nuestros ecosistemas, mantener el ciclo del agua, y favorecer el trabajo de esos grandes sumideros que son los bosques.
Hay otra cosa que podemos hacer cada uno de nosotros, no importa la edad ni condición: amar los árboles, disfrutarlos, y muy especialmente cuidarlos y protegerlos.
Hoy en España es Día del Árbol, y mañana el mundo celebra también una fecha muy significativa, el Día Mundial del Agua. Este año la efeméride está dedicada al binomio Agua y Empleo y no es de extrañar que así sea porque se trata de dos mundos estrechamente vinculados. Hay muchos ejemplos de ello, el agua da empleo a miles de millones de personas en el mundo, en múltiples sectores desde la agricultura a la pesca, la generación de energía o el sector industrial y de servicios.
En base a estos criterios, la pregunta a formular es ¿hasta qué punto somos conscientes de en qué medida influye el cuidado de la naturaleza sobre nuestra calidad de vida presente y futura?
Numerosos trabajos e investigaciones, algunos de gran nivel como los que está premiando la Cátedra Aquae de Economía del Agua a través del Premio a la Mejor Tesis Doctoral muestran la vulnerabilidad de nuestro ecosistema frente al cambio climático, si bien también aseguran que está en nuestras manos mitigar sus efectos.
Conocemos los desafíos y tenemos en nuestra mano buena parte de las soluciones. Pongamos también las emociones: ¡cuidemos mejor de aquello que amamos y necesitamos, como es el caso de nuestros árboles y bosques!. ¡Y cómo no, de ese bien tan preciado y escaso como es el agua!