Los problemas de agua se encuentran cada vez más interrelacionados social, económica, ambiental, legal y políticamente a nivel local y nacional. En la actualidad, muchos de los problemas de gestión del agua se han vuelto muy complejos e interconectados para ser manejado por una sola institución, independientemente de la capacidad de gestión, el apoyo político y de los recursos presupuestarios que le han sido asignados. Es así como los problemas asociados al recurso hídrico se han convertido en multi-dimensional, multi-sectorial y multi-regional, caracterizado por múltiples intereses, agendas y causas, que solo se pueden resolver a través de una coordinación multi-institucional con una amplia participación de los interesados (stakeholders).
Entonces, una de las principales interrogantes que enfrenta la gestión del agua es cómo este desafío se puede responder con éxito de una manera socialmente aceptable, económicamente eficiente y sostenible. Durante los años 90, varios investigadores abordaron esta pregunta. Su respuesta se basó en el concepto de gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH). Es importante destacar que esta solución no era nueva; mas bien fue el redescubrimiento de un concepto de más de 60 años de edad, que no pudo ser implementado con éxito anteriormente.
Si bien a primera vista, el concepto de GIRH parece atractivo, un análisis más profundo pone de manifiesto la existencia de problemas, tanto en el concepto como en su ejecución. Conceptualmente, la definición de la GIRH es muy amplia, y a la fecha no existe un acuerdo sobre cuestiones fundamentales como que aspectos habría que incorporar, cómo incluirlos, quién debiera tener un rol activo, o incluso si la integración en un sentido más amplio es posible.
A pesar del creciente interés y debate en los diversos foros internacionales durante la última década, su implementación real ha sido bajo. De acuerdo a la última revisión realizada por la Global Water Partnership (GWP) sobre los avances en la implementación de la GIRH en América Latina:
- Brasil cuenta con planes y estrategias de GIRH, logrando traducir los conceptos teóricos de GIRH a términos prácticos;
- Belice, Costa Rica, El Salvador Nicaragua, Panamá, Argentina, Chile, Colombia, Peru y Uruguay están en el proceso de preparación de los planes de GIRH;
- Guatemala, Honduras, Bolivia, Paraguay y Venezuela se encuentran en las etapas iniciales de implementación.
Sin embargo, no hay evidencia de un país de América Latina en el cual se haya implementado GIRH en forma exitosa y que, además, su implementación haya mejorado sustancialmente la gestión del agua. Si se considera una escala de 1 a 100, donde 1 indica que no se ha implementado la GIRH y 100 su implementación completa y exitosa, América Latina, en general no supera un score de 30.
La falta de avances en la implementación de la GIRH en los últimos 30 años nos debiera hacer reflexionar respecto a si debiéramos seguir insistiendo con un concepto teóricamente atractivo pero que en la práctica ha demostrado ser casi impracticable. Además, cabe preguntarse si el énfasis en la implementación de la GIRH nos ha cerrado a la implementación de soluciones pragmáticas a los desafíos que enfrentamos en la gestión de los recursos hídricos. Al parecer hemos desviado el foco de avanzar en soluciones a los problemas prioritarios de gestión de los recursos hídricos hacia la implementación de la GIRH. Por último, la insistencia en la GIRH hace pensar que la GIRH se ha transformado en un fin, más que en un medio para solucionar en los problemas prioritarios que enfrentamos en la gestión del agua.
