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Exceso de nitratos en el agua segoviana; una alerta con "solera"

Sobre el blog

Humilde Martín de Lucas
INGENIERA TÉCNICA INDUSTRIAL, segoviana de nacimiento y una apasionada del agua desde que estudié mi carrera en la ETSIDI, Madrid. Seguir aprendiendo es mi satisfacción y continuar desarrollándome profesionalmente en el sector del agua, mi sueño.

El problema de los purines en Castilla y León

Hace aproximadamente un mes se hacía pública la alerta por medio del “Informe de seguimiento de la contaminación de las aguas por nitratos de origen agropecuario y propuesta de designación de zonas vulnerables” en Segovia, difundido por la Junta de Castilla y León. Seguidamente eran Ecologistas en Acción de Segovia quienes solicitaban a la Junta de Castilla y León que actuara de manera decidida ante la grave contaminación por nitratos que afecta a la provincia. Como primera medida imprescindible a tomar, esta organización propone no otorgar nuevas autorizaciones o permisos de ampliación de instalaciones de ganadería porcina, a lo largo de los próximos 4 años (la provincia cuenta con más de un millón de cabezas de cerdo) puesto que producen unos volúmenes de residuos que superan la capacidad de acogida por parte de los campos segovianos.

Con sorpresa recibíamos esta propuesta tanto profesionales de sector del agua, ganaderos, agricultores, así como muchos ciudadanos. Tras leer la noticia, me vinieron a la cabeza varias preguntas: ¿Es el exceso de nitratos en el agua de Segovia un problema nuevo?; ¿verdaderamente no existen otras alternativas efectivas sin necesidad de “matar moscas a cañonazos”?. Activando la maquinaria de mi memoria, en seguida me dí cuenta de que ya desde niña escuché en diferentes ocasiones, comentarios diversos sobre la precaria calidad del agua en nuestra zona. De esto, ya han pasado años, décadas…y en mi opinión, creo que nunca se le ha dado la importancia, que esta problemática exige. Pero mi naturaleza optimista, me lleva a pensar que esta vez será la definitiva, que se tomarán medidas al fin, efectivas. Es entonces cuando reflexiono sobre la propuesta presentada por Ecologistas en Acción de Segovia.

De todos es sabido que la joya de la corona, en cuanto a cocina segoviana se refiere, es el cochinillo, pero su trascendencia traspasa los límites puramente gastronómicos. Detrás de esta seña de identidad de la gastronomía segoviana y castellana hay toda una industria que ha encontrado en su marca de garantía, su mejor carta de presentación. El sector porcino representa un motor fundamental dentro de la actividad económica de toda la provincia. La industria acapara el 35% de la producción autonómica. Este es el motivo por el que cual, me parece desproporcionada la medida propuesta por Ecologistas en Acción. No obstante, no queremos restar importancia al serio problema existente. Quienes de algún modo nos dedicamos profesionalmente a este sector, sabemos de la importancia que conlleva el desarrollo de un adecuado tratamiento de purines, debido a su facilidad para entrar a formar parte de las aguas subterráneas, contaminándolas y desde ellas, la rápida transmisión de esa contaminación a los diferentes medios, tanto a suelo como a aire afectándolos gravemente. Quizás sea en el agua, el medio donde se detecta la presencia de exceso de nitratos de forma más rápida, a vista del ojo humano. Y es que en aguas contaminadas por nitratos es muy común observar, sobre su superficie, una capa más o menos gruesa de espuma de color parda-marrón, que lo delata.

Hace aproximadamente 15 años comenzaron a abrirse plantas de tratamientos especializados en purines por toda España, donde tras pasar por las diferentes etapas de procesado, el residuo es separado por para poder ser aprovechado con diferentes fines, tales como combustible en forma de biomasa, o como abono debidamente dosificado.

Hace tres años, tuve ocasión de visitar la planta de tratamiento de purines situada en la localidad de Turégano (Segovia), y pude comprobar de primera mano la actividad frenética de camiones y remolques de toda la comarca, que entraban a la planta. Grande fue mi sorpresa cuando trascurridos apenas unos meses de mi visita, me enteré a través de los medios de comunicación que debido a los recortes en las ayudas a la cogeneración eléctrica (y a todas las energías renovables enmarcadas en el régimen especial de producción) dicha planta de tratamiento cerraba sus puertas. Desgraciadamente este no ha sido un caso aislado, sino que se ha ido repitiendo de forma constante en otras provincias, como en Soria, o el caso de la provincia de León de donde hemos tenido ocasión de recoger el testimonio directo, que mostramos en el vídeo adjunto a esta publicación.  Este testimonio que nos permite conocer en primera persona, el caso de todos aquellos ganaderos que han adaptado y modificado sus instalaciones, para almacenar el purín (previamente a ser transportado a la planta de tratamiento más cercano) en balsas impermeabilizadas, construidas exclusivamente; profesionales del campo preocupados por el destino que debe tener este residuo y concienciados de que un adecuado tratamiento, nos beneficia a todos. ¿Cuál es la verdadera causa por la que no se pueden mantener abiertas estas plantas de tratamiento, si están claramente demostrados sus beneficios en el sector de la depuración del agua?, ¿cuándo se va a promover al fin, el desarrollo de las energías renovables en España?. ¿Por qué nuevamente se cae en el error de hacer máximo responsable al más débil?. Doy por supuesto que existe una minoría de agricultores-ganaderos que no ha cumplido la legislación de vertido vigente, pero también estoy convencida de que sin continuamos con esa importante labor de concienciación e implicación ciudadana, se alcanzarían sorprendentes avances en el sector agrario-ganadero, sin necesidad de anteponer graves sanciones económicas o acciones tan drásticas como las propuestas por Ecologistas en Acción. Concluyo esta publicación con un llamamiento a quien corresponda; y es que pienso que ya es hora de dejar aparcado el viejo discurso de “es culpa tuya” y cambiarlo por acciones que realmente erradiquen la grave problemática que supone el exceso de concentración de nitratos  en el agua. De poco o nada servirán los esfuerzos que se realicen, si se siguen cerrando las puertas a alternativas sostenibles ya probadas con éxito, porque no somos capaces de "tomar las riendas" de nuestros propios recursos; esos recursos que eficazmente empleados nos harían depender mucho menos, desde un punto de vista económico, de otros países de los que actualmente dependemos, para surtirnos de energías de las que estamos más que capacitados para auto abastecernos.