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Miles de estanques en #GranCanaria: Ninguno es Bien de Interés Cultural

Sobre el blog

Jaime J. González Gonzálvez
Geógrafo contemplativo de presas. Una visión de las obras hidráulicas y no simples definiciones (Gran Canaria / Islas Canarias). Información al público, educación y crítica creadora. © textos y fotografías
  • Miles estanques #GranCanaria: Ninguno es Bien Interés Cultural
    Escalinata, aliviadero y desagüe con su palo-tapón

Gran Canaria (Archipiélago Canario) tiene un patrimonio cultural de carácter hidráulico único, grandioso, gigantesco. Las cifras estimadas en documentos técnicos antiguos [entre 1933 y 1975] de las obras hidráulicas que se llegaron a construir y explotar en apenas 1.558 km² son enormes: más de siete mil. El maestro de presas Simón Benítez Padilla recogió en su magnífico libro Gran Canaria y sus obras hidráulicas (1959) que los estanques construidos en la Gran Canaria «son miles» y que «si las presas se cuentan por decenas, pozos y galerías suman millares». Aún no se ha declarado Bien de Interés Cultural a ninguna de estas obras hidráulicas, tampoco a nuestras minas de agua, canales o tuberías. Todas estas creaciones del hombre, obras funcionales, antiguas, históricas y artísticas, son piezas maestras de nuestra cultura del agua. Es incuestionable que los arqueólogos de la Corporación Insular son técnicos sin historia, no tienen cultura, son prehistóricos, porque no tienen capacidad de poner en tensión el entendimiento para tener un conocimiento claro, distinto y real de la historia de nuestros miles de estanques a través de un sólo ejemplo: el estanque de planta circular de la Mina de Las Casillas [Mogán].  


Simón Benítez Padilla también recogió en su libro que el tipo más frecuente de estanque en la Gran Canaria húmeda es el del estanque en cueva: simple excavación al flanco de la montaña, que recoge el chorrito, incluso las gotas, de los nacientes de almagre (…) No necesita más cierre que un pequeño muro de mampostería en el único frente abierto al exterior (…)

Los estanques de barrial [que no son charcas, tal y como aseguran los ecomaniáticos de las aves] pueden tener grandes dimensiones y almacenar decenas de miles de metros cúbicos, aunque por lo general son más modestos. No siempre se hallan en la misma finca que han de regar, sino que a veces se agrupan los de varias, en sitios apropiados para la obtención de la arcilla, que es su material constructivo (…) Si la impermeabilidad es satisfactoria, se hallan expuestas estas arcillas grasas a importantes corrimientos o deslizamientos del suave talud mojado de los malecones que forman el estanque de barrial, especialmente al llenarlos, si se hace rápidamente, después de un largo período de estar vacíos y resecos (…)


Donde el suelo no es de arcilla sino de roca viva, generalmente de pesados basaltos, pero a veces como en Gáldar ligeras tobas, se adopta la solución del estanque de mampostería, que a pesar de sus grandes dimensiones no alcanzan la capacidad de los mayores estanques de barrial. Suelen ser rectangulares y parcialmente enterrados. El material de la excavación suministra los mampuestos (…) Antiguamente su estructura solía ser una delgada cortina, reforzada de trecho en trecho por contrafuertes o estribos. Los modernos tienen muros de sección trapecial (…)

El último modelo de estanque adoptado ha sido el circular de hormigón armado (…) No pueden llamarse económicos esta clase de estanques, pero ocupan un espacio mínimo por la delgadez de sus paredes, por lo que pueden implantarse en las fincas llanas sin sacrificar demasiado terreno de regadío.


Unos años antes el Ingeniero de Caminos y presista Federico Macau Vilar (otro investigador de altos vuelos) escribió en su Estudio hidrológico de Gran Canaria (1957)  que Gran Canaria carece totalmente de una red hidrográfica permanente de la que pudiera servirse para el suministro, traslado y reparto de sus recursos hidráulicos. En su sustitución existe, en cambio, una tupida red de conducciones particulares que casi nos atreveríamos a llamar anárquica, que cruzando barrancos y empinadas laderas, a veces con trazados inverosímiles que a no ser por las tuberías que están allí colocadas nos parecerían del todo inaccesibles, se reparte el agua desde los puntos de su alumbramiento o embalse a los depósitos y estanques que hay en casi todas las fincas (…) Estos estanques, de mayor o menor capacidad, aunque siempre relativamente pequeña, constituyen en conjunto, por su gran multiplicidad, un factor importante a tener en cuenta en el momento del recuento del agua disponible, y en el papel que desempeñan en el conjunto hidrográfico de la Isla. Lo mismo que su capacidad, es totalmente variable la forma de su construcción, siendo los más corrientes los de tierra y los de mampostería; algunos hay también de hormigón armado, y otros se han construido aprovechando el vaciado resultante de la explotación de canteras de cineritas y tobas extraídas en forma de bloques para ser utilizadas en la construcción como mampuestos.


Estanque Mina de Las Casillas lleno

Parafraseando al Ingeniero José Saénz de Oiza, que escribió en 1984 unas bellas líneas de homenaje a la memoria del Ayudante de Minas Emilio Fernández González, es incuestionable que por la magnitud de los estanques construidos en la isla, por la singularidad de muchos de ellos, la explotación del agua en la Gran Canaria presenta notorios valores históricos para tener algunas decenas de estanques declarados Bienes de Interés Cultural con la categoría de monumentos de ingeniería. Hay 21 municipios en la isla y ninguno tiene un sólo estanque declarado BIC. La decisión de los arqueólogos del Cabildo de la Gran Canaria de bloquear, entorpecer o paralizar todas y cada una de las solicitudes planteadas por los ciudadanos para que nuestro patrimonio cultural hidráulico también sea declarado de interés cultural, es la prueba de que no tienen cultura. Lo peor es que todos los políticos les hacen la proskynesis. Por lo demás, opino que hay que acabar con el desequilibrio cultural creado en la Gran Canaria por los funcionarios y políticos sin historia, sin cultura.   


El estanque de la Mina de Las Casillas es una obra de arte sencilla, pero es antigua, tiene historia y su muro grueso es sólido. La belleza de su humilde escalinata, su boca de entrada del agua, su desagüe de fondo, su aliviadero, su pared enlucida o los mampuestos ciclópeos de su coronación son auténticas realizaciones de su cultura, de su vida, piezas maestras de su gran valor cultural. 


Las construcciones hidráulicas notables deberían de tener una oportunidad expansiva de poder llegar a ser declaradas Bienes de Interés Cultural. Mientras tengamos a técnicos sin cultura que no tienen capacidad para comprender la magnitud y las singularidades de lo ejecutado, pero con el poder de hacer lo que les da la gana, no habrá obras hidráulicas de almacenamiento, captación o trasvase en la Gran Canaria que sean declaradas Bienes de Interés Cultural. Un error.        


Expresión personal.