Hace tiempo escribí en mi blog, sobre unas declaraciones del presidente del SEOPAN, contraponiendo las bondades de la gobernanza privada sobre la pública. En aquella ocasión comente que ese no era el camino.
Hoy con motivo del informe presentado por AEOPAS (Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento) sobre la Proposición no de ley sobre el desarrollo de una nueva regulación para la gestión del agua, para su debate en la comisión de agricultura, alimentación y Medio Ambiente, presentada por Ciudadanos, no me queda más remedio que comentarlo en los mismo términos.
El informe presenta una carga ideológica evidente que denosta a la empresa privada. Lógico si tenemos en cuenta que es firmante de un Pacto Social por el Agua (#iniciativagua2015), donde el primero de sus objetivos es: Frenar la ofensiva de las empresas privadas por hacerse con los servicios en muchos municipios. Esa carga ideológica se pone de manifiesto cuando cuestiona la participación del sector privado en un plan de inversiones en depuración y saneamiento donde, según defienden, no debe haber más beneficios que el medioambiental y la creación de puestos de trabajo. Por cierto, ¿que pasa con las empresas privadas que suministran los equipos, la electricidad, los reactivos, etc. en los Ciclos Integrales del Agua (CIA)? ¿Estas si tienen derechos a beneficios?
No voy a entrar en el campo ideológico que pertenece a la democracia y a lo que decidan el conjunto de los ciudadanos mediante su voto. Habrá que respetar si la comunidad quiere que la gobernanza del agua sea pública o privada.
Aquí si quiero hacer un paréntesis: LA GESTION DEL AGUA SIEMPRE HA SIDO, Y SIGUE SIENDO, EN ESPAÑA, PÚBLICA (el problema de numerosos servicios del CIA es que la administración pública ha hecho dejación de funciones).
Donde sí quiero entrar es en el aspecto técnico y profesional del CIA, donde la colaboración de las administraciones públicas y las empresas privadas ha dado paso a desarrollos tecnológicos y de gestión realmente brillantes.
Mi experiencia profesional en ambos sectores, que marcan mis creencias, viene a resaltar la necesidad de esta colaboración. Es difícil separar los avances tecnológicos en la industria del agua sin las aportaciones de las empresas privadas.
Para mí es evidente que el fracaso que se ha producido en determinados servicios con gobernanza privada no son totalmente imputables a la empresa privada: ella, por su naturaleza, tiene a maximizar sus beneficios. Es la desidia, propia de la naturaleza pública, la que ha contribuido a este fracaso, al dejar de realizar una parte fundamental de su trabajo: vigilar, controlar y velar por el interés del ciudadano.
Sé, por propia experiencia, que la gestión privada tiene su lado oscuro, pero también la gestión pública, también por experiencia, tiene el suyo y realmente, no se cual es el que me aterra mas.
En resumen, el futuro de la gestión de los servicios del CIA en España (y en el mundo) o se afronta desde la colaboración público-privada o no habrá futuro.
