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El "puzzle" del Mar Menor. ¿Qué ocurre cuando un acuífero no es regenerable?

Sobre el blog

José Luis Hervás Martín
Ha sido director general, consejero delegado y presidente de empresas de agua. Exprofesor de la Universidad de Alicante. Autor del libro: "UNA VISIÓN GLOBAL DEL AGUA, explicada para todos" publicado en la editorial DIEGO MARÍN.
  • "puzzle" Mar Menor. ¿Qué ocurre cuando acuífero no es regenerable?
  • Todo problema debe ser resuelto de la mejor manera posible, analizando y determinando cada uno de los elementos que intervienen.
  • En el caso del Mar Menor, no se ha realizado este proceso de manera ordenada y no se han definido las distintas piezas y la interacción entre ellas para tomar decisiones racionales.

Todo problema hay que tratar de resolverlo de la mejor manera posible. Lo primero que se hace es deslindar, reconocer, especificar, analizar y determinar cada uno de los elementos que intervienen, por si alguno de ellos se puede eliminar o modificar para que ayude a resolverlo.

¿Se ha realizado todo esto en el caso del Mar Menor? No.

¿Qué se ha hecho? Pensar de manera muy desordenada, de tal manera que aún no se han definido las distintas piezas y la interacción entre ellas para tomar decisiones racionales que acaben con el problema de la contaminación pasada, presente y futura del Mar Menor.

Es un rompezabezas sin resolver. Hay hidrogeólogos que saben muy bien lo que ha ocurrido y ocurre en la actualidad. Hay biólogos que conocen muy bien las distintas especies de animales, peces y plancton que han vivido y viven en este entorno, más las profundas transformaciones que han sufrido.

Hay ingenieros agrónomos que saben de los cultivos, de los abonos y herbicidas que se han utilizado y los que utilizan ahora.

Hay otros muchos más profesionales que estudian la cuestión.

Hay una Confederación Hidrográfica que debe aplicar la Ley de Aguas, regular las explotaciones y tener una estrategia clara para resolver la cuestión, pero ésta no se conoce y la Ley sigue sin ser aplicada.

Hay seis universidades, cercanas al lugar del problema, ¿que tratan de estudiar las causas y las consecuencias?. Al mismo tiempo están elaborando estudios, tesinas, tesis y proyectos, muchos de ellos pagados por los gobiernos regional y central.

Está la justicia, que lógicamente no ha contado con estudios propios y tampoco con estudios que le hayan entregado. No es su función. Han dictado el cierre de cientos de sondeos una vez demostrado el estado de contaminación de la laguna, pero esta acción no ha podido detener la entrada de aguas contaminadas, porque cerrar los pozos no era la mejor idea, ya que el resto de factores implicados hizo incrementar el nivel del agua del acuífero y se lió aún más el problema.

Están presentes también con gran eco social las plataformas, las asociaciones y el resto de grupos de ciudadanos preocupados por lo que está pasando.

Hasta se ha dotado al Mar Menor de Personalidad Jurídica, algo pionero en todo el mundo. Veremos con el tiempo sus resultados.

Está el Gobierno central, que dependiendo del color político tiene una u otra solución. Es cierto que el anterior gobierno con la propuesta de vertido cero habría acertado y el problema estaría solucionado. Pero el nuevo Gobierno, a punto de terminar la legislatura nos ha ofrecido cuatro años de dejar pasar. Solo ha ofrecido medidas, que no soluciones, por lo que nos ha metido en discusiones vacías si tal o cual medida será buena en el futuro o no.

Y el Gobierno regional, que está vareando lo que puede, después de estar de acuerdo con la propuesta de vertido cero. Lo ha tenido muy difícil, pero también es verdad que no ha cogido el toro por los cuernos. Da la sensación de estar pasando hasta que llegue un nuevo gobierno central acorde con su política.

Describamos los actores, que están actuando en el problema del Mar Menor:

El acuífero

Está por debajo de toda la superficie de la planicie del Campo de Cartagena. Está constituido en su vertical por materiales geológicos, permeables unos más que otros. Por estos materiales se mueve el agua rellenando los poros de las arenas sueltas y las grietas abiertas de los materiales duros como son las calizas.

Toda esta agua se moviliza siempre en dirección al punto más bajo del nivel freático. Estos puntos bajos coinciden con sondeos que extraen el agua, o simplemente, porque la pendiente del plano de agua se dirige a la zona más baja que es el límite con el Mar Menor y por ello, el agua del acuífero drena en la laguna.

Esto significa que si construimos y explotamos un campo de extracción de agua con varios sondeos en Valladolises, por ejemplo, toda el agua del acuífero viajará a este lugar y dejará de irse al Mar Menor. Si escogemos otro punto cualquiera pasará exactamente igual. Podemos jugar con la dirección del agua y llevar la masa de agua, subterráneamente, allá donde queramos. Esta es una extraordinaria ventaja que hay que aprovechar para resolver el problema.

Ni los agricultores, ni los técnicos, ni los políticos tienen una idea clara de qué es el agua subterránea, ni de qué es un acuífero

Posee varios miles de kilómetros cúbicos de tamaño, por lo que existe una gran cantidad de agua almacenada en el acuífero. El nivel del agua subterránea fluctúa según se explote el agua del acuífero en mayor o menor cuantía y según reciba más o menos agua procedente de las lluvias, de los regadíos y de las pérdidas de agua de las ciudades y pueblos. En estos momentos el nivel está muy alto y aparece incluso en los sótanos de viviendas de algunas poblaciones no cercanas al mar, como Torre Pacheco.

Hay que conocer que cuando se inicia y poco a poco se recrudece el problema, es cuando el nivel del agua asciende por la recarga de agua de los sobrantes del trasvase. Cuando el nivel del acuífero, antes sobreexplotado, alcanza el nivel del mar se inicia la contaminación hacia la laguna.

La característica menos afortunada y más importante es que los materiales geológicos contienen muchas sales, cloruros de sodio y sulfatos magnésicos-cálcicos. Por esta razón, el acuífero se ha explotado en la antigüedad poco y ha habido que mezclar sus aguas con otras más dulces.

Supongo que se han quedado preocupados por la cantidad de sales que contiene el agua del acuífero, tal como si fuese el pecado original de éste. La salinidad suele estar alrededor de 5.000 microsiemens/centímetro, una cantidad imposible de utilizar en el riego del campo, ni en el abastecimiento. Por ello, nacieron los centenares de plantas desalobradoras en el Campo de Cartagena. Trataban de eliminar las sales procedentes del agua subterránea y así convertirlas en aguas posibles de utilizar.

Ni los agricultores, ni los técnicos, ni los políticos tienen una idea clara de qué es el agua subterránea, ni de qué es un acuífero. Así que, sin el debido conocimiento que les podemos ofrecer los hidrogeólogos, lo tienen muy difícil de entender todo lo que ha pasado con la contaminación del Mar Menor.

El área de alimentación del acuífero

Está constituida por toda la superficie de la planicie del Campo de Cartagena. Son los terrenos situados encima del acuífero y están conectados con el mismo. Así, cualquier vertido, aunque sea el derrame de una botella de agua, viajará verticalmente hasta sumarse a la masa de agua del acuífero.

Piensen en la cantidad de vertidos que accidentales o no pueden ocurrir en los 1.200 kilómetros cuadrados de esta área de alimentación. De hecho, son los vertidos de aguas residuales, de las depuradas, de los purines de las muchas granjas de animales que existen, de los restos mineros, de los aceites de los vehículos, de los abonos, de los herbicidas y otros.

Es evidente la importantísima vulnerabilidad a la contaminación del acuífero que existe. El área de alimentación permite que entre en el interior de las aguas del acuífero todo lo que sea líquido y todo aquello que pueda diluirse. Calculen las barbaridades que se habrán hecho a lo largo de todo el tiempo pasado.

Por tanto, quien se extrañe que el acuífero está contaminado es que no se ha enterado de nada. Es lo más normal. Es más, se deben constituir múltiples defensas ante la contaminación de las áreas de alimentación de los acuíferos, pero en el caso del Mar Menor es prácticamente imposible.

Piensen en las granjas de animales. Si hubiera un escape se va al acuífero y lo que ingresa en este son nitratos, fosfatos y potasio en grandes cantidades. Las granjas no pintan nada encima del área de alimentación. Se tienen que llevar a lugares de áreas impermeables, donde si hubiera un escape se observaría inmediatamente sobre la superficie.

Quien se extrañe que el acuífero está contaminado es que no se ha enterado de nada

Piensen en las aguas residuales de las ciudades sitas en esta área. Todos los escapes de agua de los colectores van a dirigirse hacia el acuífero.

Y qué puede pasar con las industrias, los restos mineros y demás. Pues exactamente lo mismo.

En cuanto a la agricultura, efectivamente toda el agua dedicada a riego, que no sea tomada por las plantas y árboles se va a marchar definitivamente por gravedad a formar parte del acuífero. Igual ocurre con los abonos y herbicidas. Aquellas fracciones no necesitadas por la vegetación agrícola también marcharán hacia el acuífero, con la consiguiente entrada de nitratos, fosfatos y demás.

Las lluvias, pequeñas, medianas y grandes, debido a la insuficiente red de drenaje superficial también son fuente de grandes ingresos de agua en el acuífero.

Los 1.200 kilómetros cuadrados del área de alimentación deben estar controlados con una Ley específica, que ordene e indique los usos que se pueden hacer en dicha zona y los cuidados y controles que deben realizarse para evitar lo que está pasando en estos momentos.

El relieve morfológico de las cuencas de aguas superficiales

En la planicie del Campo de Cartagena la red hidrográfica es insuficiente para episodios grandes de lluvia.

El relieve actual es totalmente inmaduro. Hay ramblas en las que desaparece su curso. Hay aguas de lluvia que no son recogidas por los ramblizos, discurren sobre la llanura hasta encontrarse con los trazados de las carreteras, de las autovías o del tren. Se desvían por la ubicación de urbanizaciones construidas sobre los posibles cursos de agua, que al no ser prácticamente visibles las han realizado sobre ellos.

Todo ello ocurre por el levantamiento y basculación del bloque tectónico anexo a la gran falla de Lorca. Este movimiento isostático – que explico en mi libro “Una visión global del agua, explicada para todos” – es el responsable del levantamiento de toda la zona costera.

Levantada tectónicamente esta zona, los cauces pluviales tornan a la inmadurez y se necesitará mucho tiempo – a escala geológica – para rehacer una verdadera y eficaz red hidrográfica.

Las ramblas principales son Albujón, Miranda, Los Alcázares, Beal, Ponce y Carrasquilla. Tantas ramblas en un espacio tan pequeño indica la característica de planicie, de llanura del Campo de Cartagena.

La  ganadería

Es increíble que se hayan colocado sobre el área de alimentación todo un conjunto de ganaderías de diversas especies que se estiman entre 700.000 y 900.000 cabezas. Nadie ha pensado la enorme influencia que tiene en la contaminación de las aguas subterráneas en todos aquellos casos en que el estiércol y los purines no se traten debidamente.

Dependiendo de la especie, el volumen excretado respecto al  peso del animal varía del 10% al 40%.

Un dato del propio ministerio informa que el estiércol y los purines que un ejemplar bovino produce al año contiene 90 kilos de nitratos, 18 kilos de fósforo y 83 kilos de potasio.

Con estos datos, ¿todavía se debe seguir culpando solo a la agricultura de la presencia de nitratos en las aguas subterráneas y en la laguna? ¿Se puede culpar a las depuradoras por la presencia de fósforo? ¿No sería más sensato pensar que la ganadería del Campo de Cartagena tiene un gran peso en el contenido de nitratos y fósforo para que pueda producirse la eutrofización en las aguas del Mar Menor?

La minería

Las sierras que limitan al Campo de Cartagena por su parte sur tienen la característica de ser ricas en minerales, especialmente los denominados como “Complejo BPG”, blenda, pirita y galena, formados por sulfuros de azufre, zinc, cobre y plomo. Se conoce su explotación minera desde la época romana.

Estos minerales forman parte de las rocas de las montañas, por lo que la meteorización, erosión y dilución de las mismas ha aportado desde siempre y antes de que existiera la laguna dichos elementos químicos a las aguas de lluvia.

Es increíble que se hayan colocado sobre el área de alimentación todo un conjunto de ganaderías de diversas especies que se estiman entre 700.000 y 900.000 cabezas

Existen restos de la minería. La mayoría de los estudiosos del Mar Menor se fijan solo y exclusivamente en los depósitos de estos. Pero el problema no solo está en ellos, está en toda la sierra.

Es más, los terrenos que forman el acuífero del Campo de Cartagena están formados, en parte, por detritus provenientes de las montañas del sur de la cuenca. Por tanto, el agua subterránea debe poseer mayores concentraciones de los citados elementos que cualquier otra agua.

Hace 45 años un estudio de Carlos Auernheimer, profesor de la Universidad de Alicante, citaba la presencia de zinc, plomo y cobre en las estructuras minerales de las conchas de los bivalvos del Mar Menor.

La agricultura

Hasta ahora es la principal acusada de los males producidos en el agua subterránea del acuífero y de la eutrofización de las aguas del Mar Menor.

Vivimos en un mundo donde nos importa y nos fijamos más en todo aquello que está en el suelo que pisamos y desde este, también observamos todo aquello que está más arriba. Nos interesa la Luna, Marte, Venus, Júpiter, la posibilidad de vida en otros planetas, los satélites, los posibles alienígenas, pero nunca miramos hacia abajo, hacia el sustrato de la tierra. Es como si no existiera, si acaso solo para arrojar todo lo que nos sobra.

Sin embargo, concretamente en el Campo de Cartagena se encuentra el acuífero, algo que no han sabido nunca los agricultores. Es más, los que tenían pozos, creían que se trataba de captación de ríos o veneros subterráneos. El conocimiento de la hidrogeología y de los acuíferos llega relativamente hace poco tiempo y aún, hoy día, no es conocido ni por los agricultores, ni por el resto de ciudadanos.

Por tanto, los agricultores han cultivado sus árboles y plantas sin pensar en que un exceso de productos coadyuvantes o de aguas saladas podrían dañar al agua de un acuífero, ni a nadie. Se han encontrado con un problema no deseado y con una acusación que han ido entendiendo con el tiempo.

Los agricultores han cultivado sus árboles y plantas sin pensar en que un exceso de productos coadyuvantes o de aguas saladas podrían dañar al agua de un acuífero

Sí, han vertido nitrógeno, fósforo, herbicidas y todo aquello que le hayan aconsejado para que sus cosechas fuesen más productivas y mejores. ¿Por qué no? No sabían las consecuencias que ocurrirían.

Además, les vendieron la idea de realizar sondeos en un subsuelo muy rico en sales, o sea el acuífero, y desalobrar el agua para producir agua dulce. Y ¿qué hacer con el rechazo de las sales?, pues vaciarlo en el gran agujero del planeta, sin ser apercibidos de los peligros que con este hecho podría acontecer.

Los gobiernos regional y central

El gobierno central tiene una oficina del Instituto Geológico y Minero de España, IGME, en Murcia con excelentes hidrogeólogos. Estos profesionales han realizado muy buenos estudios sobre el acuífero del Campo de Cartagena, han puesto de manifiesto lo bueno y lo malo y sobre ellos se basó la Propuesta de Vertido Cero, presentada por el anterior gobierno central. Si esta se hubiese llevado a cabo, el problema estaría ya resuelto. Estos profesionales son los que mejor  conocen el problema del Mar Menor.

El resto de organismos no tienen profesionales hidrogeólogos. Difícilmente podían por sí solos tomar las decisiones correctas en cada uno de los momentos. Un ejemplo que ilustra bien su escaso conocimiento, es que el inicio de las invasiones de medusas en la laguna era el indicio de que estaban llegando nutrientes al Mar Menor. La solución por la que optaron fue disponer de un buque todo el año para eliminar físicamente a las medusas. No se preguntaron por qué había llegado la invasión. Sencillamente ordenaron su eliminación.

La Confederación Hidrográfica ha debido aplicar hace ya muchos años la Ley de Aguas al observar la sobreexplotación del acuífero y la mala calidad del agua. La creación de una Junta de Usuarios del acuífero hubiese llevado a un mayor control de la explotación y a la aplicación de medidas para no empeorar la calidad del agua. Ha existido una dejación de sus obligaciones.

La Confederación Hidrográfica ha debido aplicar hace ya muchos años la Ley de Aguas al observar la sobreexplotación del acuífero y la mala calidad del agua

Es imposible regenerar un acuífero cuya composición litológica y química es de calizas, arenas, arcillas y margas con muy altos contenidos de yesos y sales, o sea, cloruros, sulfatos, sodio, potasio y magnesio. De tal manera que la salinidad de sus aguas ha sido desde sus inicios y será siempre en el futuro, superior en diez veces la salinidad de un agua normal. Esta mala calidad es el ADN del agua del acuífero del Campo de Cartagena. No se puede eliminar.

Nada podemos hacer para disminuir esta salinidad. Entonces ¿qué vamos a regenerar?

Las ciudades y pueblos

Los asentamientos urbanos e industriales situados encima del área de alimentación del acuífero está dando lugar a una continua alimentación de este, procedente de la pérdida de aguas residuales en las conducciones de alcantarillado. Dado que suelen ser tuberías de fibrocemento con juntas de goma, son equivalentes a las del resto de ciudades, de las cuales se sabe que tienen unas pérdidas continuadas de más del 20% de volumen de aguas que transitan por las mismas.

A ello hay que sumar las pérdidas de agua de las industrias, de los aceites de los talleres, de los restaurantes y cafeterías, así como de cualquier local de utilización de agua y de su transformación en residual.

Las depuradoras de agua distan todavía de la depuración total al 100%. Suelen ser depuradoras de sistema final de tipo secundario, que llegan al 90-95% de eliminación de materia orgánica. Las de la costa ya son de tipo terciario.

A continuación, el agua ya depurada se suele utilizar para regar.

La discusión sobre si son solo las aguas residuales depuradas las culpables de aportar el fósforo necesario para los procesos siguientes de eutrofización es errónea. Es cierto que llega menos fósforo que nitrógeno en las aguas de regadío y más fósforo en las aguas depuradas de las poblaciones de la costa del Mar Menor. Pero, aunque llegue menos cantidad de fósforo en el agua del acuífero, queda retenido en el suelo de la laguna, dando lugar a una reserva de fósforo que se pondrá en marcha en cuanto se inicie una nueva eutrofización. Sucede lo contrario que en el caso del nitrógeno, que tiene que estar llegando continuamente, ya que se evapora a la atmósfera. Lo explicó muy bien Ramón Margalef.

Las precipitaciones de lluvia

Dado que la superficie del Campo de Cartagena es permeable y coincide con el área de alimentación del acuífero, una parte importante de las lluvias que se producen sobre ella se infiltra en este, elevando el nivel del agua subterránea.

Las edificaciones y el urbanismo

La visión general del desarrollo urbanístico no es precisamente un ejemplo de estética y de armonía. Sobran edificaciones y existen urbanizaciones de evidente mal gusto.

Pero si la evacuación y depuración de sus aguas residuales se efectúa bien, no se implican en absoluto en el problema actual del Mar Menor.

¿Cómo se puede resolver el problema del mar menor?

  • Reconociendo que el acuífero no es regenerable.

Todas las medidas acordadas por los gobiernos central y regional se dirigen a regenerar el acuífero. No es posible, porque su calidad viene marcada por la naturaleza y  el adn del acuífero.

  • Sacando al agua del acuífero del “puzzle” del problema.

O bien la batería de sondeos prevista en el proyecto de Vertido Cero, o bien mediante campos de explotación del agua del acuífero, situados convenientemente, se debe extraer la suficiente cantidad de agua como para que el nivel de esta se coloque por debajo de la cota cero del mar. Estos sondeos deben funcionar continuamente para evitar la subida del nivel por cualquier motivo.

Se trata de entender que todo puede funcionar correctamente, sin problemas, si todos los contaminantes del acuífero se extraen del mismo para que no lleguen al Mar Menor.

La discusión sobre si son solo las aguas residuales depuradas las culpables de aportar el fósforo necesario para los procesos siguientes de eutrofización es errónea

El agua explotada en estos sondeos se trataría en una planta de desnitrificación y desalobración en San Pedro del Pinatar. El agua dulce producida volvería por medio de los canales del trasvase a los agricultores.

Evidentemente, todos los sondeos actualmente existentes se cerrarían definitivamente.

Como ven, se trata de que al no ser regenerables las aguas del acuífero deben salir del actual circuito, ya que contamina al Mar Menor. Se les extrae, se les descontamina y se les vuelve a entregar a los usuarios del acuífero. Se podría llamar perfectamente economía circular del agua del mar menor.

  • Construcción de dos grandes canales superficiales.

Es necesario ayudar a hacer más efectiva la red hidrográfica. Puesto que es inmadura, hay que construir dos grandes canales superficiales que lleguen directamente al Mar Mediterráneo, conectando ramblizos y ramblas para evitar que la contaminación superficial llegue a la laguna y que no se produzcan riadas.

  • La presente solución es inevitable.

Si no se hace todo lo explicado, el problema del Mar Menor vivirá eternamente.