Llegas a casa después de un paseo por el pueblo. Es agosto y el calor derrite tu piel. Tras secarte el sudor con la toalla, te encaminas veloz a la cocina y abres impetuosamente la nevera. Y ahí está, tu ansiada botella de agua fresquita. La miras, la observas cual beduino en el desierto. La tomas en la mano mientras tus labios empiezan a salivar. Ves cómo va llenando intrépidamente el vaso. Lo coges, lo alzas hacia tu boca echando un último vistazo a su maravilloso color. Y por fin, sientes su frescor en tu garganta…
Y ahora piensa: ¿Lo harías si el color de esa agua, en vez de cristalina fuera marrón? ¿Beberías un vaso de agua sucia?
Sería inimaginable en esta España nuestra que tú, ciudadano ejemplar, solidario y cabal, abrieras el grifo y te bebieras un vaso de agua sucia...Pero, ¿realmente no lo estás haciendo? ¿Sabes de donde proviene el agua que bebes? ¿Sabes si ésta ha sido previamente tratada?
Quizás, si vas a preguntar a tu Alcalde éste te diga que tu pueblo se abastece del río XXXXX y que antes de que llegue a tu grifo, ha sido tratada con cloro en el depósito del pueblo…Y que además, el veterinario hace análisis una vez al año.
Pero, ¿qué pasó con ese agua antes de llegar al depósito? Buena pregunta.
En muchas localidades rurales de nuestra querida España no existe tratamiento de las aguas residuales. O lo que es lo mismo, el agua sucia se tira, por ejemplo, al río de tu pueblo…
Pero ese río no sólo es el de tu pueblo. También lo es del pueblo vecino, de ese con los que históricamente te llevas tan mal. O ese de donde es tu marido. O ese hasta el que tu hijo va en bicicleta por las tardes.
Y, ¿sabes una cosa? Allí tampoco tratan el agua sucia…
Curioso: tu pueblo coge agua para beber en el mismo sitio donde los del pueblo de al lado tiran su agua sucia. Y tu agua sucia se la beben los vecinos del pueblo que está un poco más abajo… ¡Y así uno tras otro!
Pero te contaré algo que sí te gustará leer: tampoco salgas corriendo al mercado a comprar agua embotellada. El río es muy listo, es tu amigo, y se regenera solo.
En muchos casos, como por ejemplo en tu pueblo, el río es utilizado como vertedero, pero gracias a su corriente y naturaleza ecológica, es capaz de regenerarse por sí mismo al admitir cantidades asombrosas de desechos.
Pero ojo: tiene un límite. Y el ser humano y los animales no están exentos de los peligros que se derivan del consumo directo del agua o de los alimentos que proceden de ríos contaminados. Los problemas para la salud pública que pueden presentarse son reales.
Pero también te diré algo para que hoy descanses tranquila: la mayoría de los ríos de las naciones industrializadas están contaminados en mayor o menor grado.
Qué sucede entonces: que debemos invertir en depurar las aguas sucias para que no sean un peligro para tu salud.
Y las grandes preguntas para ti, ciudadana de un pueblo pequeño, muy pequeño, sin apenas recursos económicos y humanos, son:
- ¿Quién debe invertir esos euros?
- ¿En qué tipo de tratamientos podemos hacerlo?
- ¿Es sostenible medioambiental y económicamente una depuradora?
La primera pregunta es tan sencilla de responder como compleja de poner en práctica: según la Ley 7/1985 de Bases de Régimen Local, es decir, aquella que marca las competencias de los municipios, de tu pueblo, es tu ayuntamiento quien ostenta la competencia del tratamiento de las aguas residuales (artículo 25 2.C).
Si bien es cierto que, pese a tener las competencias, seguramente éste no pueda afrontar ni la redacción de un proyecto, ni su ejecución ni por supuesto, puesta en marcha y mantenimiento. Para ello, según en qué pueblo residas, tu ayuntamiento podrá pedir auxilio a la diputación provincial (en el caso de existir) o bien a la Comunidad Autónoma.
Existen muchas ayudas tanto provinciales, autonómicas como estatales para la realización de este tipo de proyectos. También es muy común acudir a fondos europeos, los denominados Fondos Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Regional, que es un instrumento financiero de la Comisión Europea cuya finalidad es la ayuda para el desarrollo económico (ver aquí).
La segunda pregunta es muy sencilla. Existen tecnologías muy sencillas y avanzadas para depurar aguas residuales en pequeñas poblaciones. Te comento algunos ejemplos:
1. Tratamientos primarios. Permiten la eliminación de sólidos en suspensión, tanto sedimentables como fotables:
a) Fosas sépticas
b) Tanques Imhoff
c) Decantadores primarios
2. Tratamientos secundarios, se dividen en función del consumo de energía eléctrica y la superficie necesaria para su construcción.
2.1. Extensivos. Imitan los procesos de depuración que se dan de manera natural, es decir, gasto nulo de energía y gran superficie.
2.1.1 Procesos con el suelo como elemento depurador:
a) Zanjas filtrantes
b) Filtros verdes
2.1.2 Procesos que simulan humedales:
a) Flujo superficial (HAFS) o Flujo libre
b) Flujo sub superficial (HAFSs)
c) Horizontales
d) Verticales
e) Lagunaje
f) Filtros de arena
g) Sistemas infiltración-percolación
2.2. Intensivos. Requieren menos superficie pero el gasto energético es mayor.
2.2.1 Sistema de cultivo en suspensión:
a) Aireación prolongada
b) Reactores secuenciales
2.2.2 Sistemas de biopelícula:
a) Lechos bacterianos
b) Contactores Biológicos Rotativos
Puedes ver tú misma una guía en este enlace que editó la Diputación de Palencia.
Y por último, la tercera de las preguntas: ¿es sostenible medioambiental y económicamente una depuradora? Es más que evidente que tú quieres que tu río, ese en el que seguro te sumergías de pequeña cuando el calor apretaba de verdad, esté sano. Esté limpio. Si además tienes una mínima conciencia de intentar que dentro de unos años tu nieto aprenda a nadar cómo lo hiciste tú, querrás que tu río siga teniendo un aspecto impecable.
¿Es sostenible económicamente hablando? Pues como ya imaginarás el agua, si bien es gratuita, vale dinero llevarla a tu casa, devolverla al río y además, hacerlo en buenas condiciones. Pero la respuesta debes darla tú: ¿beberías un vaso de agua sucia…?
P.D. La fotografía, tomada por mi, muestra la EDAR de Río Cedena, una urbanización ubicada entre los términos municipales de Los Navalmorales y Navahermosa, en la provincia de Toledo. Tiene un tratamiento de desbaste, desarenado y desengrasado además de un filtro de macrofitas en flotación.
