La mayoría de las profesiones cuentan con Santos Patronos a los que encomendarse y pedirles su intercesión en los momentos de dificultad y penuria.
Los profesionales acogidos bajo el amparo de un Patrón sienten afinidad con el Santo, que les ayuda a sentirse representados y protegidos de manera, tanto de forma individual, como colectiva.
He encontrado patronos para actividades tan diversas como: tejedores de cestos, predicadores itinerantes o fabricantes de cajas y maletas, pero por mucho que he indagado, no he podido encontrar ningún patrón que nos represente y proteja a los que nos dedicamos al noble y antiguo oficio del saneamiento de las aguas residuales.
No he podido encontrar ningún Patrón que nos represente y proteja a los que nos dedicamos al noble y antiguo oficio del saneamiento de las aguas de las aguas residuales.
Para remediar esta carencia, el Médico del Agua se ha puesto manos a la obra y ha convocado un casting, al que ya se han presentando algunos candidatos con serias posibilidades de ser elegidos.
El primero en presentar sus credenciales ha sido San Medardo de Noyón (s. V), que alega en pro de su candidatura la rotundidad sonora de su nombre, que nos retrotrae, de forma casi inmediata, al objetivo básico del saneamiento. Pero esta rotundidad también juega en su contra, pensando en los espíritus más sensibles. Y es esta debilidad la que quiere explotar San Poliuto (s. III), cuyo nombre también nos recuerda el porqué del saneamiento, pero de una forma mucho más culta y refinada.
Dado que el mantenimiento de las grandes redes de saneamiento se asemeja bastante a la espeleología (bastante más monótona en este caso, y con estalactitas y estalagmitas de origen orgánico), el patrón de esta disciplina, San Benito (s. V), también reclama su derecho a ser elegido
San Eloy (s. VII), patrón de los fontaneros/ferreteros, se postula como candidato, alegando que en los establecimientos que el “patrocina” se pueden conseguir múltiples elementos relacionados con la construcción y mantenimiento de las redes de saneamiento. En este mismo ramo se presenta también San Sebastián (s. III), al que le juega en contra su apretada agenda, pues aparte de compartir patronazgo ferretero con San Eloy, es también patrón de los atletas, protector contra las pestes y las enfermedades y, por si fuese poco, recientemente el mundo gay también lo reivindica para su causa. Demasiada ocupación para una actividad como el saneamiento, que requiere un patrón con dedicación exclusiva y disponible todas las horas del día.
Siguiendo con el gremio fontanero/ferretero, probablemente los más jóvenes se inclinen por la candidatura de San Mario (s. III), por aquello del famoso y menudo fontanero, de pantalón azul con tirantes y de poblado mostacho.
San Codón de Alejandría (s. II), al que los ingenieros invocamos continuamente en sus diferentes advocaciones (45º, 60º, 90º), cuando necesitamos que nuestras conducciones cambien de orientación, también aparece como un buen candidato al nombramiento.
Avalado por el mismísimo ministro de hacienda (él siempre arrimando el ascua a su gasolina), se presenta San Cannon (s. XX), que aduce, con razón, que gracias a lo que se recauda en su nombre se pueden mantener las redes de saneamiento en buen estado.
Con un toque de modernidad y oportunismo reivindica su candidatura San Drogón (s. XII), que argumenta a su favor la variedad y cantidad de drogas, que de un tiempo a esta parte, circulan por nuestras redes de saneamiento. No le favorece el hecho de ser ya el Patrón de los feos, lo que le exige una demanda continua de milagros imposibles.
Por ahora, estos son los candidatos que se han presentado al casting, pero consciente de que el número de aspirantes puede ser mucho mayor, pido ayuda a los lectores para ampliarlo con nuevas y originales candidaturas.
Personalmente, yo ya me he decantado por lo más obvio: ¡QUÉ MEJOR PATRÓN PARA EL SANEAMIENTO QUE EL PROPIO SAN EAMIENTO!
Para terminar, también es necesario elegir el día del año en el que los que nos dedicamos al saneamiento festejemos, como se merece, a nuestro nuevo Patrón. Dado que ya existe el Día Mundial del Saneamiento (19 de noviembre), parecería esta la fecha oportuna. Pero en este caso no me resigno a lo obvio y propongo como alternativa el 1 de abril, Día Internacional de la Diversión en el Trabajo. El porqué de esta elección para mí es obvio: me divierto horrores en el ejercicio de mi profesión y, especialmente, redactando posts de esta índole.
P.D. Aunque pueda resultar extraño, todos los candidatos son santos reales, excepto tres. Uno de ellos, obviamente, mi favorito, San Eamiento. De los otros dos, uno es una persona aún viva, que dudo que alcance la santidad, y el otro un intruso que ha burlado las férreas medidas de seguridad del casting. Confío en que mis sagaces lectores no tarden en desenmascarar a este impostor.