En los últimos días, tras la crecida del Ebro, alcaldes y responsables de diversas administraciones han vuelto a reclamar actuaciones como dragados y nuevas infraestructuras, culpando de los daños de la crecida a la normativa ambiental que protege los ríos. Sin embargo, WWF recuerda que, por naturaleza, los ríos tienden a ocupar su espacio y las zonas inundables siempre terminan inundándose.
La normativa europea y española tiene suficientes herramientas para prevenir las inundaciones y proteger a las personas, respetando el funcionamiento de los ríos y dejándoles el espacio que necesitan, como la recuperación de las llanuras de inundación o la delimitación de las zonas inundables. Para WWF, los graves daños provocados por la crecida del Ebro son la consecuencia de la lenta aplicación de la Directiva Europea de Inundaciones y el incumplimiento flagrante de la Directiva Marco del Agua y de la propia Ley de Aguas española. Por ello, ante las declaraciones de algunos responsables políticos, WWF exige que se refuerce y se cumpla la ley, la única protección real y efectiva frente a las inundaciones.
Las infraestructuras como embalses y encauzamientos han creado una falsa sensación de seguridad, provocando que se ocuparan con distintos usos urbanos el espacio de los ríos. Las infraestructuras, en muchas ocasiones, no hacen más que intensificar el efecto de las crecidas naturales: un ejemplo son los estrechamientos en el cauce producidos por las motas, que multiplican la fuerza del agua y provocan mayores daños aguas abajo.
Frente a este enfoque que ha demostrado ser ineficaz, la Directiva Europea de Inundaciones propone trabajar con los ríos, no contra ellos, para reducir los riesgos. Para ello, este año deberían publicarse los planes de gestión de zonas inundables y los sistemas de compensación por daños. Las previsiones del cambio climático indican que las crecidas serán cada vez más frecuentes e intensas, por lo que es imprescindible avanzar en soluciones innovadoras para evitar daños futuros.
WWF se opone a cualquier intento de rebajar la normativa ambiental y afirma que, en cambio, es esencial cambiar las leyes de ordenación urbanística, impidiendo construir en las zonas donde el río se expande de forma natural. WWF pide respetar el dominio público hidráulico, recuperar las llanuras de inundación y los bosques de ribera, y desplazar motas y diques laterales alejándolos de los cauces o eliminándolos donde sea necesario. Existen precedentes que demuestran la eficacia de este modo de prevenir los daños de las avenidas, como en los ríos de la cuenca del Duero.
“Nos solidarizamos con los afectados por las inundaciones en el Ebro, y recordamos que la única forma de reducir el riesgo es respetar la naturaleza de los ríos, en vez de intentar dominarlos y controlarlos”, ha asegurado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. “Exigimos que se cumpla la ley para garantizar la seguridad de los ciudadanos y sus bienes y rechazamos cualquier cambio legislativo que reduzca el nivel de protección de los ríos”, ha concluido.