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El hundimiento, el riesgo de sobreexplotar acuíferos

Sobre el blog

Xavi Duran Ramírez
Responsable de prensa en la Agencia Catalana del Agua (ACA). Doctorando en Periodismo y Comunicación. Máster en Dirección de Comunicación Institucional y Empresarial.
  • hundimiento, riesgo sobreexplotar acuíferos

El uso desproporcionado del agua que se almacena bajo nuestros pies, lo que se conoce como acuíferos, siempre habíamos pensado que ocasionaba "sólo" el agotamiento del recurso, el riesgo de salinización y también el incremento de sustancias nocivas que pueden estar en el subsuelo de manera natural o por la acción del ser humano y que incrementan su concentración cuando el agua baja en cantidad.

A estos problemas, países como México tienen que añadir una nueva preocupación: el hundimiento del suelo en varios sectores de su capital, México DF, debido al agotamiento de sus recursos subterráneos, tal y como informa el New York Times. Esta gran urbe de América del Norte, densamente poblada (más de 23 millones de habitantes) se asienta encima de una tierra blanda y arcillosa. A raíz del crecimiento de demandas, las aguas subterráneas se están agotando y su capacidad de recarga es insuficiente, lo que provoca que el espacio ocupado antes por el agua ahora sólo haya un espacio vacío incapaz de soportar el peso de toda la ciudad. Además, en periodos de lluvias en los que las aguas subterráneas se pueden recargar, el agua no se filtra por exceso de asfalto y por estar obstruidos los puntos de recarga.

Ciudades como México DF y Pekín se enfrentan al hundimiento del suelo debido a la sobreexplotación de acuíferos

El hecho es preocupante, ya que cada año, la ciudad se hunde una media de entre 10 y 20 centímetros. Ello puede provocar la desestabilización de varios edificios. Se estima que en la zona de Iztapalapa, unas 15.000 casas ya han sufrido daños por el hundimiento del suelo.

Pekín, otra ciudad en riesgo

Otras fuentes apuntan al mismo problema en la capital de China, Pekín. Esta gran ciudad, al igual que México DF, está asentada encima de un gran acuífero, que está siendo sobreexplotado por encima de lo recomendado. Este uso descontrolado del agua está provocando el descenso del suelo del orden de unos 10 centímetros al año en la zona oriental de la ciudad, donde se encuentra su distrito financiero y con los edificios más alto de la ciudad.

Las soluciones

Por parte de China, las autoridades han decidido clausurar varios pozos de captación y también buscar alternativas de fuentes de agua (el gran trasvase norte-sur, del que hablaba en este post) para evitar la sobreexplotación y permitir que la recarga progresiva de la masa de agua subterránea evite el hundimiento del suelo.

Las soluciones pasarían por la clausura de pozos, asegurar las entradas de agua para la recarga de los acuíferos, buscar fuentes de abastecimiento alternativas y/o optar por nuevas tecnologías como la reutilización

Desde mi punto de vista, considero que hay otras soluciones que se podrían adoptar en estas dos grandes metrópolis, como la reutilización y la búsqueda de otras alternativas para incrementar la garantía del agua.

En Pekín existe la depuradora de Gaobeidian, construida en 1999 y con una capacidad para tratar 1 millón de metros cúbicos al día, lo que supone el 40% del total de las aguas residuales generadas en la capital china. La planta dispone de un tratamiento biológico secundario, pero no de tratamiento terciario. Una solución, sería, la construcción de un terciario para poder infiltrar el agua regenerada en el subsuelo. Una solución parecida a la que se puso en marcha en 2007 en Barcelona y que consistía en inyectar agua regenerada en el acuífero del delta del Llobregat para frenar la intrusión salina.

En México, la puesta en marcha de la depuradora de Atotonilco, permitirá sanear las aguas residuales de cerca de 11 millones de persones y, además, el agua tratada se destinará para el regadío de 80.000 hectáreas. Sin duda, una solución importante pero insuficiente, que se tendría que complementar con un plan de uso de las extracciones en la capital y asegurar la recarga del acuífero preservando los puntos de entrada del agua.