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Así se atajan las pérdidas de agua en el abastecimiento de Nueva York

Sobre el blog

Yuri Rubio Mora
Ingeniero civil especializado en hidráulica e hidrología.
  • Así se atajan pérdidas agua abastecimiento Nueva York

Una de las infraestructuras vitales de la ciudad de Nueva York discurre escondida en el bosque durante decenas de kilómetros. Proviene de las montañas de Catskill, al nornoroeste de la gran manzana donde los embalses del río Delaware se asientan. Se trata del túnel para abastecimiento de agua más largo del planeta, con 137 kilómetros de longitud. Está encargado de proveer en término promedio la mitad del agua de consumo humano de la ciudad de Nueva York. Unos 4.900.000 metros cúbicos diarios.  Conocido por "Delaware Acueduct" por unos y "Leaks Acueduct" (Acueducto de las pérdidas) por otros, fue construido entre 1937 y 1944, año en que entró en servicio. 

El Delaware Acueduct es el túnel de abastecimiento de agua más largo del planeta, suple la mitad del suministro de Nueva York

Diseñado para trabajar mediante gravedad y abastecer a 10.000.0000 de habitantes de la época. El túnel gigante suponía una obra masiva de hormigón en la que primaba la protección del agua frente a los ataques enemigos, sobretodo de los bombardeos que estaban a la orden del día. Las dimensiones de las válvulas de bronce que serían utilizadas para regular el sistema pronto llamaron la atención de mecánicos e industriales. Así en 1937 la revista "Popular Mechanics" incluyó un artículo para dar a conocer el proyecto al público en general. Del mismo, he podido extraer información bastante valiosa; como por ejemplo, que el proyecto supuso un asunto prioritario para la Corte Suprema de los Estados Unidos o que el coste de su construcción era equiparable a construir 8 presas de tipo bóveda


El Delaware Acueduct durante su construcción. Fuente: @NYCWater.

Partiendo de la premisa de la inexistencia de un sistema de abastecimiento de agua completamente estanco. Desde la década de los noventa se vienen cuantificando las pérdidas que sufre el Delaware Acueduct. Estimándose que el total de las mismas ronda, como mínimo, el 10%. En principio, una cantidad previsiblemente asumible para un sistema de abastecimiento. El problema es que para este sistema tan característico, trabajando con caudales tan elevados, esas pérdidas representan el servicio a más de 300.000 personas diariamente. Además de posibles problemas en la calidad por contaminación de las aguas. 

 No es viable; técnica, ni económicamente, una red de abastecimiento que sea completamente estanca

Los trabajos de identificación de las fugas llevados a cabo han sido de lo más variopintos. Introducción de colorante inofensivo en el túnel. Un mini-sumergible dotado de cámaras digitales para gravar el revestimiento. También un robot que se ha utilizado para registrar cambios sutiles en los sonidos, con la esperanza de que pueda recoger el efusivo, borboteo o goteo turbulento que producen los escapes de agua. Buzos especializados en trabajos profundos y peligrosos que tras la identificación han podido llevar a cabo pequeñas operaciones de reparación. Los trabajos de identificación no han quedado hay. Desde superficie se han perforados sondeos para inspeccionar los terrenos que envuelven al tubo. Recopilando datos hidrogeológicos para el estudio del movimiento del agua por estos terrenos, la calidad de las rocas y sus fracturas. 

El sistema pierde entorno a un 10 % de caudal durante su recorrido

Lo que más preocupó desde el principio a los ingenieros hidráulicos es que el túnel pudiera sufrir un colapso en su tramo submarino a través del río Hudson. Así se recogía en el primer informe (1999) llevado a cabo por la consultora a la que se le realizó el encargo de estudiar las fugas: "El escenario más severo, por supuesto, sería una fuga significativa bajo el Hudson''. Y precisamente sigue siendo, a día de hoy, la mayor de las preocupaciones. 

Un colapso del túnel bajo el rio Hudson el peor de los escenarios posible

Con los trabajos realizados se consiguió acotar un tramo afectado por dos grandes fugas. En primera instancia se valoró realizar un vaciado progresivo del tubo. Desaconsejado por diversos ingenieros que aludieron al riesgo que se corría al provocar un cambio de presión brusco en un tubo subterráneo. Entendiendo además que el vaciado sometería a la ciudad a un periodo de desabastecimiento. Otra opción era la construcción de un sumergible programado especializado, que podría reparar las grietas de forma autónoma sin necesidad de vaciar el túnel. En cualquier caso, el sumergible tendría que apoyarse en la inyección de lechada desde el exterior, calificada de ardo compleja. Teniendo en cuenta los desafíos extraordinarios planteados para arreglar un tubo lleno de agua a alta presión bajo tierra, se llegó a la conclusión de que los riesgos que aportaban las diversas estrategias de reparación eran demasiado grandes, incluso se planteó que la mejor opción era la de no hacer nada. Al final se optó por la construcción de un nuevo túnel para sustituir el viejo

Desde noviembre de 2013 se lleva a cabo el mayor proyecto de reparación de la historia del sistema de abastecimiento de la ciudad, el New York By-Pass. Un túnel de derivación con el que se pretende solventar el problema de las grandes fugas. 

 Un túnel de derivación fue la opción elegida para solventar el problema de las grandes fugas

Hasta tanto se ejecute el BY-PASS, el Delaware Acueduct continúa en servicio pese a la condena de las empresas encargadas de realizar y supervisar el suministro de agua de la ciudad. Se confía en que los muros de hormigón con acero de refuerzo instalados en las zonas débiles se mantengan firmes. Al menos, hasta que se lleve a buen puerto el plan de reparación, cuya conclusión esta prevista para 2023 momento en el cual se podrá garantizar la confianza a largo plazo del sistema de suministro de agua que sustenta a 9,6 millones de neoyorquinos todos los días.

En 2023 se podrá garantizar la confianza del sistema de abastecimiento de la ciudad de Nueva York