El accidente ferroviario ocurrido en Canadá el 6 de julio de 2013 fue una catástrofe humana y ambiental y el peor de este tipo desde 1864. Un tren que transportaba 74 vagones cisterna cargados con petróleo descarriló en el centro de la ciudad de Lac-Mégantic, en el sureste canadiense. Las explosiones y el incendio posterior causaron 47 muertos y destruyeron más de 30 edificios. Más de seis millones de litros de petróleo se vertieron en el medioambiente, contaminando el aire, el agua y el suelo. El petróleo liberado contenía compuestos como hidrocarburos de fracción predominante C10-C37, hidrocarburos aromáticos policíclicos –HAPs–, compuestos orgánicos volátiles como benceno, tolueno, etilbenceno y xileno –BTEX–, metales traza (cromo, hierro, níquel, plomo y vanadio) y compuestos nitrogenados y azufrados. El incendio originó, además, la formación de subproductos de la combustión. A pesar de las medidas de emergencia, la contaminación se detectó en aguas, sedimentos y suelos del río Chaudière, el lago Mégantic y la ciudad del mismo nombre.
Para analizar las implicaciones del suceso, la senadora canadiense Rosa Galvez, (profesora en el Departamento de Ingeniería Civil e Ingeniería de Aguas de la Universidad Laval en Quebec, Canadá) impartirá el próximo 23 de noviembre de 2017, la conferencia Desastre humano y ambiental en Lac-Mégantic: Suceso, impactos y lecciones que aprender. El acto, que tendrá lugar en el Ateneo de Madrid, está organizado por el instituto IMDEA Agua en colaboración con la Red CARESOIL (Caracterización, Remediación, Modelización y Evaluación del Riesgo de Suelos Contaminados).
La conferencia abordará los esfuerzos realizados para remediar el daño derivado del accidente y analizará su impacto social, económico y medioambiental cuatro años después.
Entrada libre hasta completar aforo