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Tecnología ‘made in’ Castilla-La Mancha para la depuración en pequeñas y medianas poblaciones

La EDAR de la pedanía Agramón (Hellín, Albacete), operada por Aqualia a través del proyecto de economía circular H2020 SABANA, representa una solución sostenible para la depuración de aguas residuales en pequeñas aglomeraciones urbanas, con un mínimo de consumo energético, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorando la calidad del agua depurada.

Agramón es una pedanía de 676 habitantes situada al sureste de Hellín, en la provincia de Albacete. Forma parte de esos siete de cada diez municipios de Castilla-La Mancha que tienen menos de mil habitantes, poblaciones que, por su reducido tamaño, se enfrentan a continuos retos, como el de la depuración de sus aguas residuales. Sin embargo, Agramón presume de una depuradora con una tecnología innovadora basada en la interacción simbiótica entre microalgas y bacterias, siendo una de las mayores plantas basadas en esta tecnología en Europa, junto con las de Chiclana de la Frontera (Cádiz), Mérida (Badajoz) y Almería, todas construidas y operadas por Aqualia.

El año pasado se dio por inaugurada la depuradora de esta pedanía, que incorpora tecnologías innovadoras para conseguir un tratamiento de aguas residuales pionero y sostenible. El proyecto europeo H2O20 SABANA hizo posible que se pudiera llevar a cabo esta instalación, de 1,2 millones de euros de inversión, que Aqualia puso en marcha en colaboración con el Ayuntamiento de Hellín, y cofinanciado por la comisión europea bajo la convocatoria HORIZON 2020. La infraestructura se ha convertido en un referente de economía circular dentro del ciclo integral del agua y de depuración para las pequeñas poblaciones en España.

Depuración, asignatura obligatoria pero pendiente

El tratamiento de las aguas residuales generadas en pequeñas poblaciones continúa siendo una asignatura pendiente en España, donde el 72% de los municipios tienen menos de 2.000 habitantes. Algunos de estos no poseen plantas de tratamiento y depuración o, por otro lado, las que tienen no están operativas o resultan ineficaces —diseños incorrectos, tecnología inadecuada o falta de financiación que sostenga los costes de explotación y mantenimiento—. A veces incluso deben hacer frente a incrementos estacionales en el periodo estival y en zonas turísticas. Además, la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al tratamiento de las aguas residuales urbanas eleva el nivel de exigencia para cubrir aglomeraciones urbanas a partir de 1.000 habitantes equivalentes («e-h»), estando este valor en 2.000 e-h. Sin olvidar que la depuración puede estar condicionada por más requisitos en el caso de realizarse en zonas de alto valor ecológico o cuando se contempla la reutilización del agua. Por todo ello, es necesario desarrollar soluciones tecnológicas que se adapten a los municipios.

La EDAR de Agramón nació como planta demostrativa del proyecto SABANA, que apuesta por la sostenibilidad del tratamiento de las aguas residuales

Conducir las aguas residuales a una estación depuradora para ser tratadas y vertidas de nuevo al medioambiente, es proteger la salud de los ciudadanos y el medioambiente, al eliminar del agua microorganismos, determinados compuestos químicos y materia orgánica, entre otros. A pesar del impacto ambiental de esta actividad, en España se estima que quedan entre tres y cuatro millones de habitantes de pequeñas poblaciones cuyas aguas urbanas no reciben el debido tratamiento una vez usadas. La EDAR de Agramón nació como planta demostrativa del proyecto SABANA, que supone una apuesta hacia la sostenibilidad del tratamiento de las aguas residuales, especialmente para pequeños núcleos urbanos, en los que este tipo de procesos no existen o no son lo suficientemente eficientes.

Una planta demostrativa de éxito

Siete de cada diez municipios de Castilla-La Mancha tienen menos de mil habitantes y se enfrentan a la depuración de sus aguas residuales

Para la implantación del proyecto SABANA en Agramón, se construyó una nueva depuradora con capacidad de hasta 1.000 m3/día. La instalación alberga una planta demostrativa de procesos innovadores, donde se tratan las aguas residuales mediante un proceso simbiótico de microalgas y bacterias, utilizando la luz sol. La tecnología desarrollada por Aqualia permite el tratamiento y reutilización de las aguas residuales y las convierte en bioproductos de alto valor añadido. La nueva depuradora consta de un sistema de pretratamiento compacto, seguido de una laguna de microalgas de una hectárea de superficie, la mayor basada en esta tecnología en Europa, además de cuatro humedales artificiales de flujo vertical de 50 m2 cada uno, que actúan como clarificadores. Existe una etapa alternativa para producción de biofertilizantes mediante un sistema de flotación por aire disuelto (DAFAST), tecnología patentada por la compañía, seguida de una centrifugación para concentrar la biomasa previamente a la etapa de hidrólisis.

Según explica José Luis Lavilla, jefe de Servicio de Aqualia en Hellín, «el acuerdo para la construcción de la EDAR se aprobó por unanimidad de todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento de Hellín». Los siguientes pasos también fueron acertados: «El segundo objetivo, una vez se puso en marcha la depuradora, era que la calidad del agua cumpliera todos los requisitos; el tercero, que no causase molestias a los vecinos y, por último, acercar la planta a esos habitantes», apunta Lavilla, que destaca el cumplimiento de todos los objetivos.

La planta depuradora de Agramón tiene una capacidad de agua sobredimensionada, con la idea de que en el futuro pueda recoger más agua de otras pedanías cercanas, además de la de esta población. «De esta manera, se evitaría tener que construir más infraestructuras similares. Además, Agramón está en la cota más baja, por lo que el agua del resto de pedanías llegaría por gravedad, sin necesidad de bombeo», señala Lavilla. Otra de las características destacables de la instalación es su bajo consumo energético. «Consume entre 2 y 3 kWh/h; es un consumo inferior al de un hogar común», afirma el jefe de Servicio de Aqualia, que apunta que el único gasto energético viene del movimiento de las palas que permiten la circulación del agua.

Eficiencia y buena convivencia

La EDAR de Agramón consume entre 2 y 3 kWh/h, menos que un hogar común. El único gasto energético viene de las palas que mueven el agua

Miriam García Navarro, concejala de Medio Ambiente y Agricultura, Agua y Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Hellín, destaca que la EDAR «es un ejemplo en materia de innovación y desarrollo sostenible en un entorno rural. No impacta nada en el valle, ni a nivel medioambiental, visual, ni de olores… Se ha conseguido que el entorno no se modifique». Inicialmente, la ubicación prevista para la planta eran los Saladares de Agramón, pero, al ser una zona medioambientalmente protegida, hubo que renunciar a este lugar y acercarla más a la población. «Esto generó un inicial recelo entre los vecinos, que tenían mucha incertidumbre respecto a la depuradora por el posible impacto visual, de ruidos y de olores, pero tras ver el resultado y, después de más de un año de funcionamiento, la población está muy contenta».

La edil afirma que «ahora es momento de acercar todavía más a los ciudadanos a la instalación». Con motivo del Día Mundial de la Tierra, el pasado 22 de abril, un total de 85 escolares de las pedanías de Agramón, Nava de Campaña y Mingogil participaron en la actividad conmemorativa ‘El árbol de la vida’. Plantando varios árboles en la EDAR, cumplían el objetivo de sembrar un bosque y sensibilizar a los niños sobre la importancia del agua para luchar contra el cambio climático.

  • El proyecto SABANA une depuración y economía circular a través del empleo de las aguas residuales para el cultivo de microalgas

Juana Olea, técnico de Medioambiente del Ayuntamiento de Hellín, subraya que el proyecto adquiere valor en esta pedanía, ya que «tiene un valor medioambiental reseñable. La Microreserva de Saladares de Agramón pertenece a la Red Natura 2000». Además, señala que es un referente para el tratamiento de aguas residuales: «Hay que trabajar por la depuración de las pequeñas poblaciones y reproducir este modelo en otros lugares». La instalación hace pasar el agua residual por las microalgas de la laguna, que digieren el nitrógeno y el fósforo para conseguir un producto final que supone agua depurada para el cauce del río. «Ese proceso con los nutrientes inorgánicos es sensacional; imita a la naturaleza», apunta Olea.

Precedentes de la economía circular al servicio del agua

El proyecto de economía circular SABANA, ejecutado en la EDAR de Agramón, cuenta con más de un precedente entre los proyectos desarrollados por Aqualia. El proyecto All-gas en la EDAR El Torno, en Chiclana (Cádiz), fue el primero en el que la compañía buscó transformar los efluentes de la depuración en biomasa y la transformación de esta biomasa en biogás. Esta producción de energía (biogás, biodiesel y biomasa) permitió autoabastecer el propio sistema de depuración y desplegar una flota de siete coches en la localidad que funcionan gracias al biogás extraído. «Viendo el éxito de la planta de Chiclana, necesitábamos buscar municipios más al norte del territorio para ver cómo se comportaba este sistema con menor temperatura y menos horas de sol», señala Zouhayr Arbib, responsable área Sostenibilidad del Departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia. Finalmente, la tecnología se trasladó a Agramón.

Otro de los precedentes se encuentra también en Castilla-La Mancha, dentro de la provincia de Toledo. Arbib explica que «el concepto ejecutado en Agramón está alineado con la plataforma industrial INTEXT, ubicada en la EDAR de Talavera de la Reina». Su objetivo es combatir la escasez de agua en pequeñas comunidades mediante la combinación de tecnologías intensivas y extensivas en la depuración del agua residual y en su reúso. Entre las metas del proyecto están la desinfección y reaprovechamiento de nutrientes del agua, la eliminación de contaminantes emergentes y la reducción de los costes de mantenimiento e inversión. La plataforma INTEXT ocupa una extensión de 5.800 m2 y cuenta con dieciséis tratamientos diferentes.

La EDAR de Agramón forma parte del proyecto SABANA, que aúna los conceptos de depuración y economía circular, empleando las aguas residuales como materia prima para el cultivo de microalgas para obtener bioproductos de alto valor añadido. El planteamiento es que el fango se va reteniendo en las balsas hasta obtener una cantidad suficiente para producir una biomasa con excelentes propiedades biofertilizantes, bioestimulantes y biopesticidas, aprovechable para la agricultura. Adicionalmente, se proyecta la producción de agua apta para reutilización en riego, según el RD 1620/2007. El proyecto representa una solución sostenible para la depuración en pequeñas poblaciones, con un mínimo consumo energético y sin residuos. Se articula a través de un consorcio de once socios de cinco países europeos y cuenta con un presupuesto de más de diez millones de euros. La investigación, financiada en un 70% a través del Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, se desarrolla desde 2016 en diferentes localizaciones europeas.