La ciudad de Sao Paulo, la más grande en términos económicos en Sudamérica y la más poblada de Brasil, se encuentra en una situación de riesgo por sequía extrema, lo que ha obligado al gobernador, Geraldo Alckmin, a solicitado el permiso del gobierno federal para llevar a cabo una medida de emergencia.
En concreto, el mandatario local ha pedido el permiso correspondiente para renovar el sistema de bombeo de agua de Cantareira, el principal embalse de la ciudad, que se encuentra casi vacío después de nueve meses de sequía sin precedentes. De acuerdo con la información de la BBC, el 95 por ciento del agua se ha consumido.
Alckmin, que fue reelegido en su cargo la semana pasada, ha sido criticado por no haber impuesto hace tiempo un racionamiento de agua que ayudase a hacer frente a la crisis. Muchos críticos con su gestión denuncian que no tomó la decisión para que no afectase a su campaña electoral.
Otras 29 ciudades brasileños están afectadas por la sequía, pero una de las imágenes más impactantes es precisamente la del embalse de Cantareira, donde se puede observar la tierra resquebrajada y decenas de coches viejos que han ido cayendo a la represa en el transcurso de los años.
