(JCYL) Los 32.682 hectáreas que conforman la reserva de las ‘Lagunas de Villafáfila’ acogen, como cada año en esta época, a miles de aves invernantes que migran desde Europa hasta Doñana y el norte de África. Este año, la grulla ha alcanzado una cifra récord, con más de 1.500 ejemplares. Además, las últimas lluvias han favorecido la llegada de miles de aves acuáticas a finales de noviembre que se habían retrasado debido a la escasez de agua en las lagunas.
El delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Alberto Castro, ha invitado a todos los ciudadanos a que “visiten las Lagunas de Villafáfila y conozcan una de las joyas medioambientales más importantes del mundo, que acumula la mayor densidad de aves en esta época del año. Este espacio natural vive su máximo esplendor entre los meses de diciembre y febrero, con grandes concentraciones de aves invernantes”. Por ello, la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, anima a los visitantes a acudir principalmente a la Reserva durante estos meses, si bien la mayor variedad de especies se produce de abril a junio.
Alberto Castro ha señalado que “los mejores momentos para observar las aves son el mediodía y el atardecer, cuando miles de ánsares acuden a las lagunas a sestear o dormir. Por otro lado, los mejores lugares para su observación son los tres observatorios construidos por la Junta de Castilla y León en los términos de Revellinos, Villafáfila y Villarrín, destacando especialmente el situado en la localidad de Otero de Sariegos, en el término municipal de Villafáfila”.
La Reserva de “las Lagunas de Villafáfila” es una de las zonas húmedas más importante de España para las anátidas, ocupando según años entre el tercer y quinto puesto entre las más de 1.000 zonas húmedas que se censan anualmente en toda España.
Cabe destacar que el año 2012 ha sido un año excepcionalmente impresionante en cuanto a aves raras en las lagunas. El ornitólogo Alfonso Rodrigo, que suele frecuentar la Reserva, ha visionado en los dos últimos meses especies tan raras en la zona como el faloropo picogrueso, la bisbita de Richard, pinzón real, correlimos pectoral, gaviota enana, tarabilla norteña, ánsar piquicorto, ánsar indio, etc.
Especies
La principal especie que podemos encontrar en la Reserva es el ánsar común, de la que actualmente se encuentran en la Reserva entre 15.000 y 20.000 aves, esperándose que se llegue a superar dicha cifra a mediados de enero. Esta especie al moverse en grandes bandos, de carácter muy ruidoso, es la que da mayor espectacularidad a la Reserva. Junto a estas se han podido ver en el pasado mes de noviembre casi dos millares de grullas, tan ruidosas y llamativas como los ánsares.
También se pueden observar grandes cantidades, más de 10.000 de las siguientes especies: ánade real (azulón), pato cuchara, cerceta común, ánade silbón, focha, tarro blanco, avefrías, porrón común, porrón moñudo, gaviotas y ánade friso. También, aunque en menor número, garceta, zampullín, correlimos común, archibebe común, aguja colinegra, avoceta, garza real, etc. En definitiva, un gran elenco de aves, que bien de paso o porque permanezcan todo el año, hacen de este humedal un lugar ideal para los amantes de la naturaleza por su valor ornitológico y paisajístico.
Las máximas concentraciones de avifauna se alcanzan entre noviembre y febrero, pero la mayor diversidad de especies se consigue entre abril y junio. Junto a esta gran variedad de aves asociada al agua, se encuentra todo el año una comunidad de aves diferente, colonizadora de los amplios espacios abiertos y secos; se trata de la avutarda (Otis tarda), que mantiene aquí la mayor población del mundo. Y para enriquecer más si es posible, a todas las especies de aves mencionadas, hay que añadir en las zonas abiertas de esta Tierra de Campos concentraciones de cerca de 80.000 pajarillos invernantes (principalmente alondras) y una amplia gama de rapaces, que tienen aquí su hábitat de nidificación y campeo.