Usualmente a las posesiones de los ministros de Estado asisten familiares y amigos más cercanos, pero el caso de Luis Gilberto Murillo Urrutia, como Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, fue la excepción.
En esta oportunidad el auditorio de Andagoya, Chocó se colmó con más de 300 personas que ingresaron a la posesión del primer Ministro de Ambiente que ha visto nacer el departamento del Chocó.
Con una calle de honor y sus mejores galas los habitantes de este municipio chocoano, sin importar que fuera lunes festivo, recibieron por primera vez a un Mandatario de la Nación.
A Luis Gilberto Murillo, miembro de una familia de seis hermanos que, gracias al Icetex estudió en Rusia ingeniería de minas e hizo una maestría en minería en la Universidad Estatal de Prospección Geológica de Moscú, le esperan grandes retos: Completar en 2018 la protección de 36 páramos, declarar sitio Ramsar a otros 3 humedales, terminar de formular los 60 Planes de Ordenamiento y avanzar en el compromiso de reducir en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero al 2030, así lo hizo saber en su discurso el presidente Juan Manuel Santos.
Este chocoano tiene una amplia experiencia en el sector público. A comienzos de los noventa trabajó como director de la Corporación para el Desarrollo del Chocó, Codechocho. Después trabajó en Bogotá en la alcaldía de Antanas Mockus, en el cargo de Director encargado del Departamento del Medio Ambiente del Distrito.
En el 2000, fue víctima de un secuestro extorsivo por parte de los paramilitares, hecho que lo forzó a abandonar el país y refugiarse con su familia, esposa y tres hijos, en la capital de Estados Unidos.
En ese país se vinculó a la Agencia de Cooperación Internacional Lutheran World Relief. Allí trabajó como analista de política internacional. Después de esto ocupó el cargo de vicepresidente de Operaciones de la Fundación Phelps Stokes, que desarrolla proyectos encaminados a mejorar la calidad de vida de las comunidades latinoamericanas y africanas.
Ahora Andagoya será un municipio diferente. Sonreirá más y podrá enorgullecerse de tener a uno de los suyos como el responsable de cuidar la riqueza de nuestros recursos naturales de Colombia, como cuidaba el pequeño jardín de su casa de infancia.