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EMALSA redobla su esfuerzo en reutilización en su apuesta por la economía circular y la eficiencia

La gestión eficiente del ciclo del agua en una isla presenta no pocos desafíos. Ante la particularidad de un territorio rodeado de agua, pero con menor disponibilidad de acuíferos subterráneos o superficiales que otras zonas de España, la innovación tecnológica de la desalación ha permitido un desarrollo sin precedentes en Gran Canaria y en su capital, que no habría sido posible sin esa agua en cantidad y calidad. Ahora, EMALSA pone el foco en la reutilización del agua, con especial atención al riego de zonas verdes y a los cultivos autóctonos.

En la cumbre de Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2000, se aprobaron ocho ambiciosos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), pensados para alcanzarse antes de 2015. El séptimo de ellos, Garantizar la sostenibilidad ambiental, instaba a «reducir a la mitad la proporción de la población sin acceso sostenible al agua potable». Las directrices de la OMS para el uso seguro de aguas residuales, excrementos y aguas grises relacionan los ODM con la reutilización del agua, que consideran un recurso estratégico y de especial valor en zonas donde existe estrés hídrico.

El agua y el saneamiento fueron dos de los temas fundamentales de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de 2002. La gestión del ciclo del agua se incluyó en el marco de la política internacional. En ella, el agua reutilizada juega un papel importante, especialmente en regiones susceptibles de sufrir periodos de sequía. A su vez, la UE incluye la reutilización del agua entre las medidas aplicables en cada demarcación hidrográfica para cumplir con los objetivos establecidos en la Directiva Marco del Agua (DMA).

Publicado en iAgua Magazine 45 - Julio 2023
iAgua Magazine 45

Por su parte, la Empresa Mixta de Agua de Las Palmas (EMALSA) cumple 39 años dedicada a la producción y abastecimiento de agua potable. El compromiso de la entidad con los ODS implica dedicar importantes esfuerzos al ahorro de agua y energía y a minimizar cualquier posible impacto al medioambiente. La desalación ha demostrado su carácter esencial en el desarrollo de la isla, pero la necesidad de reutilizar los recursos se hace más evidente que nunca.

La DMA representa un reto para la gestión del recurso, ya que requiere la protección y conservación de los ecosistemas acuáticos mediante la promoción de un uso sostenible del agua. Esta gestión sostenible implica no solo satisfacer la demanda del servicio, sino también proteger las aguas superficiales y subterráneas, manteniéndolas en buenas condiciones, así como equilibrar y armonizar el desarrollo regional.

En general, consideramos agua regenerada como aquella resultante de convertir las aguas residuales en agua que puede ser reutilizada para otros fines. La reutilización puede incluir el baldeo de calles o el riego de jardines y campos agrícolas, así como la reposición de aguas superficiales y subterráneas. Dicho de otro modo, permite «recargar» nuestras aguas subterráneas.

Esta reutilización pasa, por lo tanto, por la reincorporación al ciclo integral del agua, para un nuevo uso, de aguas que han sido sometidas a los procesos de depuración establecidos para alcanzar la calidad requerida en función del uso o los usos a los que se quieran destinar. El tratamiento del agua regenerada debe diseñarse de acuerdo a dichos usos, que marcan los diferentes parámetros de calidad que deberán obtenerse, según regula la legislación vigente.

El agua regenerada es un recurso viable y óptimo. En zonas cercanas a la costa, permite un aumento neto del recurso en casos en los que las aguas residuales tratadas se descargan directamente al mar o se pierden por evaporación. En zonas más interiores, es posible sustituir el agua potable en aquellos usos que no requieren una calidad tan elevada, como el riego de zonas verdes, reservando así el agua potable para el suministro. Una de las grandes ventajas de la reutilización directa del agua es la garantía tanto de la calidad como del caudal de agua disponible, no resultando ya tan determinante la estacionalidad de las precipitaciones.

La empresa mixta dedica importantes esfuerzos al ahorro de agua y energía, así como a minimizar posibles impactos al medioambiente

Así, el principal beneficio es la posibilidad de reservar agua de la mejor calidad para los usos más exigentes, como la propia producción de agua potable, garantizando un suministro no sujeto a fluctuaciones climáticas. El agua de reutilización no entra en competencia con usos prioritarios como el suministro y es importante para sectores especialmente sensibles al déficit hídrico, como la agricultura o la industria.

EMALSA ya reutiliza parte de las aguas depuradas en parques y jardines municipales y en la limpieza de calles, en línea con lo establecido en la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), que fomenta la reutilización y depuración de agua con el fin promover un uso eficiente del recurso y conciliar calidad y cantidad con un aprovechamiento sostenible. Precisamente, este fomento pretende liberar presión en zonas donde el agua está sometida a escasez o estacionalidad significativas, así como contribuir a la circularidad de la economía a través de la mejora en la eficiencia en la gestión.

  • El agua depurada en la EDAR de Barranco Seco y Tamaraceite ya se destina a uso agrícola, urbano y a riego de parques municipales

Dicha gestión sostenible pasa, en muchos casos, por replantear actuaciones e infraestructuras. El sector debe avanzar en la modernización del ciclo del agua a todos los niveles para cumplir con la DMA, desde el punto de vista de que «quien contamina, paga», señala la directora general de EMALSA, Mercedes Fernández-Couto, que destaca que el Plan de Infraestructuras Hidráulicas diseñado por la empresa y el Ayuntamiento de Las Palmas «permitirá acometer la transformación de las redes de agua de forma planificada y eficaz, con el fin de responder a las necesidades actuales del municipio y optimizar el ahorro de agua y energía». En concreto, explica que la tecnología de la EDAR de Tamaraceite favorece especialmente la calidad del agua de cara a la reutilización. «Su sistema de membranas garantiza una calidad muy alta de agua depurada. El 100% del agua depurada de esta EDAR se envía a parques y jardines del Ayuntamiento».

La demanda principal de agua regenerada es, precisamente, agrícola, con 76,5 hm3/año, lo que representa un 46% de la demanda total, que se puede desglosar en demanda de la población permanente, con 60,2 hm3/año, y de la turística, con 16,3 hm3/año. Por su parte, la demanda agrícola ya supone 70,5 hm3/año, es decir, un 42% de la demanda total. La demanda recreativa, con 11,7 hm3/año, representa un 7% del total, mientras que la industrial, no dependiente de las redes de abastecimiento urbano, con 8,3 hm3/año, supone un 5%.

Acerca del uso de estas aguas en agricultura, la directora de EMALSA destaca que las aguas regeneradas, tanto en la EDAR de Tamaraceite como en Barranco Seco, tienen una alta salinidad, lo cual no las hace adecuadas para este uso, siendo necesario un proceso posterior para reducirla y hacerla apta para estos cultivos. Para ello, el Consejo Insular del Agua dispone de un tratamiento terciario para tal efecto, que se alimenta de las aguas procedentes de ambas EDAR. De esta combinación resulta que más de 5 hm3 de esta agua se han destinado cada año a la agricultura. «La platanera y el tomate son cultivos muy sensibles a la salinidad. Esto supone un reto para el futuro, el de reducir aún más las conductividades con las que sale el agua de nuestros procesos de depuración», explica.

  • Una de las grandes ventajas de la reutilización directa del agua es la garantía tanto de la calidad como del caudal de agua disponible

El objetivo medioambiental, por supuesto, es la reutilización del 100% del agua depurada en Las Palmas. Para alcanzar ese objetivo en usos urbanos, «es necesario ampliar las redes de agua regenerada para dar cobertura a toda la superficie de parques y jardines y aumentar la capacidad de regeneración de la EDAR de Barranco Seco», añade la presidenta. El Plan de Infraestructuras Hidráulicas también contempla la renovación o instalación de más de mil kilómetros de redes de abastecimiento y saneamiento, además de la construcción de una nueva EDAR, dieciocho tanques de tormentas, diecisiete estaciones de bombeo y ocho depósitos de agua potable.

Con 160 M€ de inversión prevista para los próximos diez años, EMALSA busca alcanzar la eficiencia tanto energética como hidráulica. El Plan de Infraestructuras Hidráulicas pretende «generar infraestructuras resilientes, capaces de adaptarse a la disminución de recursos y al cambio climático», explica José Antonio Piñeiro, director de operaciones. La empresa mixta utiliza métodos de machine learning «tanto en la EDAM como en la EDAR, para optimizar los procesos en cuanto a consumo de energía». Para lograr un abastecimiento eficiente, «hemos ampliado la sectorización de la red de captaciones, transporte y distribución, junto con un control activo de presiones».

El consumo de energía y, con él, su coste, son justamente los principales problemas a los que se hace frente a diario en un territorio en el que la desalación juega un papel tan fundamental. «El 42% de los costes son energéticos, y de esos costes energéticos, el 75% son de la desaladora», señala. La directora general, Fernández-Couto, insiste en que «es necesario trabajar en la eficiencia energética y en gestionar las pérdidas, el agua no registrada».

En este sentido, José Antonio Piñeiro incide en los desafíos más evidentes que conlleva la insularidad: tanto la geografía física, con su característica orografía volcánica abrupta, como la climatología. «A esto hay que sumarle la demografía, cuya concentración es desigual, y los recursos insulares, que son muy limitados y con mala calidad en cotas inferiores». Tal como recuerda Piñeiro: «Hace más de treinta años se empezó a trabajar en la desalación como recurso complementario. Esto evidencia la necesidad de la circularidad del recurso, es decir, de reutilizar».

  • Con 160 M€ de inversión prevista para los próximos diez años, EMALSA busca alcanzar la eficiencia tanto energética como hidráulica

En un panorama marcado por el crecimiento demográfico y los efectos del cambio climático, la economía circular se erige como un camino obligado para el uso eficiente de los recursos hídricos. No en vano, el sector ha asumido históricamente los principios de la economía circular en su gestión. La reutilización supone depurar el agua para destinarla a nuevos usos, generando un nuevo subproducto de alto valor. Un valor considerablemente mayor en el contexto de escasez como el de esta isla.

Somos un ejemplo paradigmático y el mayor caso de éxito de colaboración público-privada en España, con EMALSA, referentes en la excelencia en los recursos humanos y líderes en tecnología propia, también con Gestagua. Y, además, formamos parte de un grupo en el que las personas son el activo más importante, la clave para la mejor gestión del agua. Para hablar de todo ello, recibimos la visita del presidente de Saur International, Nader Antar, primero en las instalaciones de EMALSA, en Las Palmas de Gran Canaria, y al día siguiente en las de Gestagua, en Madrid. En unas intensas y fructíferas jornadas con nuestro personal, tuvimos la oportunidad de escucharnos e intercambiar impresiones para acabar confluyendo en un mismo objetivo: ser los campeones mundiales de la transición hídrica de aquí a 2030. Y, mientras tanto, seguimos avanzando, sabiendo perfectamente hacia dónde nos queremos dirigir.