La nueva sede de BBVA en Las Tablas (Madrid) logrará reducir en un 50% el consumo de agua potable gracias a un sistema instalado en las cubiertas que recogerá el agua de lluvia y que, mediante un sistema de canales, será conducida a unos almacenes de tratamiento para su posterior reutilización en el riego y el agua de los lavabos.
Este es uno de los avances del complejo, que se está construyendo siguiendo los criterios de sostenibilidad necesarios para lograr el certificado LEED Oro -el estándar de construcción sostenible más eficiente-, al utilizar materiales con bajo impacto ambiental y contar los edificios con una monotorización remota del consumo energético, según ha detallado a Europa Press la directora de Nueva Sede Corporativa de BBVA, Susana López Arias.
Este complejo es también el edificio más grande de Europa iluminado con tecnología LED, lo que supone un 30% de ahorro energético respecto a la tecnología tradicional de fluorescencia. Además, posee un sistema de gestión que permite un ahorro del 60% gracias a la regulación del aporte de la luz natural y detección de presencia.
Por otro lado, para cubrir las necesidades energéticas, la sede utiliza energías renovables propias, como paneles solares térmicos o fotovoltaicos y energía geotérmica de bucle cerrado, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo lo que permite un ahorro del 7,6% en las emisiones de CO2 y de un 8,3% en el consumo de energía.
Mientas, el sistema de vigas frías activas evita la necesidad de generar y conducir grandes volúmenes de aire climatizado a lo largo del complejo, lo que permite un ahorro de entre un 5% y un 11% en comparación con los sistemas convencionales.
En el caso de la fachada -una superficie acristalada de 49.000 metros cuadrados-, está formada por grandes elementos de vidrio transparente con cámara de aire y baja reflectividad protegidas por 2.800 lamas exteriores ancladas a la estructura que actúan como flitro solar impidiendo la irradiación del sol dentro de las oficinas y disminuyendo la carga de calor en el interior.
En el proyecto también se están utilizando materiales reciclados como el acero o los áridos y la mayor parte de la madera empleada tiene el certificado FSC, que asegura que procede de bosques gestionados de manera responsable y sostenible. Existe además un sistema de digitalización e impresión con equipos multifución que permiten un entorno más limpio y una mejora de la calidad del aire al contar con sistemas de ventilación propios en cada oficina.
El recinto cuenta asimismo con una gran variedad de árboles, plantas y arbustos que aislan acústicamente los edificios y proporcionan sombra en verano -en el caso de los árboles de hoja caduca-, entre otras ventajas. Está previsto que la Ciudad cuente con más de 14.000 metros cuadrados de zonas verdes, 100.000 planta de matorral y pequeños arbustos, más de 400 plantas colgantes y más de 450 árboles. La cubierta también posee vegetación expansiva que no requiere apenas mantenimiento y permite reducir las emisiones de CO2.