La ex primera ministra de Noruega y ex enviada especial de las Naciones Unidas, Gro Harlem Brundlandt ha advertido hoy sobre los riesgos de un “ejercicio irresponsable” del poder, en referencia a las opiniones sobre el cambio climático del presidente electo de EE UU, Donald Trump. Brundtland ha inaugurado hoy la tercera jornada organizada este año por el Foro de la Economía del Agua, una inciativa auspiciada por la Universidad de Alcalá, con una conferencia sobre la gobernanza del agua en un contexto de cambio climático. La política noruega, responsable de la introducción del concepto de desarrollo sostenible en la agenda mundial, ha advertido de que “el agua es una preocupación común que afectará directa e indirectamente a escala global”, hasta el punto de que existe el riesgo de que “para el año 2025, más de 3.000 millones de personas se vean afectadas por una crisis de agua”. En este sentido, el Foro de la Economía del Agua considera que el desafío del cambio climático hace prioritario garantizar la seguridad hídrica, un tema sobre el que director académico del Foro, el economista Gonzalo Delacámara, considera que “no se ha reflexionado lo suficiente y se está llegando al menos 20 años tarde”.
Brundtland llamó a una respuesta global y coordinada al desafío que se afronta a nivel mundial: “Para el año 2030 el crecimiento de la población hará que a nivel mundial la demanda de alimentos crezca un 50%; la de energía un 45% y la de agua, un 30%”. De hecho, la experta internacional advirtió que la escasez de agua podría provocar que el PIB mundial experimentara una caída del 6%.
"El agua es una preocupación común que afectará directa e indirectamente a escala global"
La política recordó que el crecimiento económico será imposible si no es sostenible desde un punto de vista medioambiental. En este sentido, cuestionada por las declaraciones del presidente electo de EE UU, Donald Trump, sobre el cambio climático y contra el acuerdo global alcanzado en París en 2015, Brundtland se mostró optimista sobre la posibilidad de que el futuro presidente estadounidense vaya cambiando progresivamente de opinión, “espero que este líder vaya teniendo un mayor conocimiento del mundo y algo creo que está cambiando en este sentido, a raíz de sus últimas declaraciones”.
En todo caso, Brundtland instó a que todos los países continúen comprometidos en la lucha contra el cambio climático y honren el acuerdo, incluso “aunque alguien hiciera algo estúpido”, como sería abandonar el Acuerdo de París. “Nos debemos tomar muy en serio el compromiso para afrontar el cambio climático, porque el desarrollo económico y el clima tienen que estar unidos”, concluyó la política noruega. Brundtland advirtió de que “la relevancia de la ONU está hoy en juego y es más importante que nunca”, ya que la respuesta a los desafíos que encierra el cambio climático solo puede hacerse de una manera efectiva desde una óptica global.
La gobernanza, como clave de la gestión del agua
El Foro de la Economía del Agua ha advertido de que las soluciones sobre la seguridad hídrica deben ser soluciones de largo plazo y basadas en la gobernanza, que debe abarcar por igual a todos los actores implicados: los sectores público, privado y los agentes sociales. De igual manera es imprescindible coordinar políticas sectoriales para que atender las demandas de un sector concreto no perjudiquen a la gobernanza del agua. Del mismo modo, las decisiones de corto plazo, tomadas por motivos fiscales, ideológicos u de otro tipo, deben ser superados por una visión de largo plazo.
En España, el abastecimiento del agua para el consumo humano está garantizado por ley. Sin embargo, los desafíos radican en aspectos como el tratamiento de aguas residuales, para los que hay carencias tanto de dimensión adecuada de las infraestructuras, como de mantenimiento y también tecnológicas. Todo ello en un contexto de desplome de la inversión en mantenimiento en el que la red de distribución de agua y de alcantarillado está obsoleta en aproximadamente un 40%.