Representantes de la Comisión Europea han visitado esta mañana la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) de San Amaro, en Ceuta, cuyas obras fueron ejecutadas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), a través de la Sociedad Estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), con una inversión de 5,5 millones de euros. A la visita ha asistido también el Director Territorial de la Zona 2 de Acuaes, Emilio del Pozo Mariño.
La EBAR, que lleva un año en funcionamiento, cuenta con dos grupos de bombas independientes. Uno de ellos impulsa las aguas residuales hasta la nueva depuradora, junto al cementerio de Santa Catalina, con un caudal máximo de bombeo de 3.370 m³/hora; mientras que el otro grupo bombea las aguas pluviales al emisario existente, con un caudal máximo de bombeo de 2.880 m³/hora.
Para proteger los equipos de bombeo, se realiza previamente un desbaste de gruesos y finos, cuyo objetivo es eliminar los sólidos con un tamaño mayor a 3 milímetros.
El agua, ya pretratada, se bombea hasta la nueva EDAR, que también fue ejecutada por la Sociedad Estatal Acuaes. Esta infraestructura contó con un presupuesto de 22,3 millones de euros.
La depuradora permite tratar un caudal medio de 30.000 m³/día, dando servicio a una población de 194.500 habitantes-equivalentes. La instalación cuenta además con un tratamiento terciario, que permite que las aguas depuradas puedan ser reutilizadas para distintos usos, como el riego de parques y jardines o el baldeo de calles. El caudal de reutilización es de 12.000 m³/día.
Con el objetivo de completar el sistema de saneamiento y depuración de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Acuaes tiene previsto ejecutar las obras del proyecto del Secado térmico de fangos así como algunas actuaciones encaminadas a mejorar la calidad de los vertidos, cuya inversión prevista es de 7,5 millones de euros.
La situación de Ceuta, que no dispone de vertederos con capacidad suficiente para absorber la producción de fangos, hacen necesario que éstos tengan que ser embarcados y transportados a la Península, lo que representa un elevado coste económico para la ciudad, haciendo que la instalación del secado térmico de fangos se convierta en una prioridad.
