Ancho y caudaloso, así discurre el río Ebro bajo los nueve arcos que componen el impresionante puente medieval de Frías. Sus 143 metros de longitud y la presencia en la parte central de una torre defensiva cuyo paso fue en otros tiempos previo pago (cobro del pontazgo), conforman una imagen que compite en fotogenia y monumentalidad con el casco urbano de Frías. Su caserío coronando el cerro de la Muela, en una posición estratégica privilegiada sobre el valle y sobre el paso del Ebro, se ha venido utilizando al menos desde la época romana.
Frías mantiene una estructura urbana medieval en la que destacan el castillo de los Velasco, uno de los castillos roqueros más espectáculos de Castilla y la iglesia de San Vicente. En cuanto a las casas responden a un sistema constructivo en el que van adosándose entre sí, lo que se conoce como casas colgadas. Hechas a base de toba y madera, han aprovechado el reducido espacio de tal manera que están construidas en la misma roca, pareciendo que forman parte del precipicio.
Frías ostenta el honor de ser la ciudad más pequeña de España.