Poner en peligro el medio ambiente cuando se realizan actividades relacionadas con los hidrocarburos será considerado una infracción muy grave, lo mismo que si se pone en riesgo a las personas o los bienes.
Así consta en la nueva Ley de Hidrocarburos que este jueves ha salido del Congreso hacia el Senado con el respaldo de PP y UPN y la abstención de UPyD y CiU, tras quedar modificado con una treintena de cambios a propuesta del PP además de una enmienda de Unión del Pueblo Navarro y tres transaccionales acordadas por los 'populares' con socialistas, nacionalistas catalanes y diputados magenta.
Uno de estos cambios introducidos en este trámite supone la modificación del régimen infractor para prever que los daños al medio ambiente que se causen por las actividades incluidas en el ámbito de la ley o por la construcción, ampliación, explotación o modificación de instalaciones afectas sin la necesaria autorización, concesión o declaración responsable será considerado una infracción muy grave, lo mismo que ya se preveía cuando los afectados son personas o bienes.
El PP ya preveía en sus enmiendas originales incluir entre las infracciones muy graves el incumplimiento de las limitaciones sobre participación en el accionariado del operador del mercado de gas; y atribuía la capacidad sancionadora en función de la materia y el territorio y no del órgano autorizador.