El caracol del cieno (Potamopyrgus antipodarum) ha incrementado su presencia en España en las últimas décadas, donde en la actualidad llega a alcanzar la cifra de 100.000 ejemplares por metro cuadrado (m2). Así lo refleja el estudio 'El caracol acuático neozelandés del cieno: impactos ecológicos y distribución de esta especie exótica en la península ibérica', realizado por investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares Álvaro Alonso y Pilar Castro-Díez.
"A la vista de los resultados sí que podemos afirmar con elevada probabilidad que la especie se ha extendido en las últimas décadas", concluye Alonso.
El trabajo, difundido por la revista 'Ecosistema', recuerda que el caracol del cieno es una especie exótica en España que ha aumentado su presencia desde las costas, donde era exclusiva durante los años 70, hacia zonas del interior.
En el tramo bajo del río Miño se han llegado a registrar 93.800 individuos por m2
Los investigadores precisan, no obstante, que la información sobre los impactos de la especie en la estructura y funcionamiento de los diferentes ecosistemas acuáticos invadidos es "muy escasa", aunque apuntan que, según los datos disponibles de otros países, "todo hace pensar que su impacto es importante".
En este sentido, recomiendan el estudio de los principales mecanismos de dispersión entre las cuencas fluviales de la Península Ibérica para implementar medidas de control y parar la "aparente" propagación de la especia.
Concretamente, la investigación resalta que en el tramo bajo del río Miño se han llegado a registrar 93.800 individuos por m2. Igualmente, indica que en otras partes de la Península Ibérica invadidas son las zonas costeras y del interior de la Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña, así como partes del interior de la meseta como Madrid, Guadalajara o Cuenca.
Esta especie es un molusco invasor originario de Nueva Zelanda que habita tanto ecosistemas de agua dulce hasta salobres que presenta una gran capacidad de colonización y una alta tasa reproductiva. Estas características producen modificaciones en la cadena trófica de los ecosistemas acuáticos perjudicando a las especies autóctonas. Uno de los principales impactos ecológicos y económicos es la reducción de la trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss) muy consumida en España, según describen los autores del informe.
Alonso recuerda también que la degradación ambiental (cuencas agrícolas, vertidos de materia orgánica, etc) favorece la expansión de la especie, ya que presenta una elevada tolerancia a factores abióticos, como la contaminación por materia orgánica y el enriquecimiento masivo de nutrientes en las aguas provocado por las actividades agropecuarias.
Junto a su éxito en la expansión, se une su reproducción asexual, puesto que una hembra puede reproducirse sin necesidad de un macho pudiendo tener hasta 230 caracoles de media por año. Otra de las formas de propagación de este caracol es su capacidad de atravesar el tubo digestivo de sus depredadores y ser defecados vivos.