La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha recurrido ya a las aguas subterráneas de La Merced para preservar el agua embalsada en el pantano del Quiebrajano, actualmente al 37,5 por ciento de su capacidad y de las que se abastece, entre otros municipios, la capital jiennense.
El ingeniero jefe de la CHG, José Martín, ha señalado en declaraciones a Europa Press que el recurrir a fuentes alternativas es una medida "habitual" que se adopta coincidiendo con años "normales y medios" y que conllevan que el Quiebrajano esté situado en el entorno del 30 por ciento. "Esto no es algo extraordinario, lo hacemos casi todos los años y no es motivo para preocuparse", ha dicho Martín.
El objetivo, ha dicho Martín, es lograr "una mayor eficacia en la gestión" y "preservar" el agua del pantano del Quiebrajano, un embalse de escasa capacidad, pero que se suplementa con fuentes alternativas y complementarias como son La Merced y Mingo.
El sondeo de La Merced es de aguas subterráneas mientras que el manantial de Mingo es superficial. "Tanto uno como otro nos dan un excelente caudal y nos permiten garantizar el abastecimiento con agua de primera calidad", ha indicado Martín.
En este punto, el máximo responsable de la CHG en Jaén ha reiterado que el acudir a fuentes alternativas es "una práctica habitual" que permite extraer menos agua del Quiebrajano y mantener las existencias mientras no llegan las lluvias.
Desde el 1 de octubre de 2015 cuando comenzó el actual año hidrológico, la lluvia caída en el entorno del Quiebrajano ha sido de de unos 66 litros, una cantidad por debajo de la media que supera los 700 litros. Con todo, el nivel de existencias del embalse es casi 19 puntos por debajo del que tenía hace un año cuando el pantano se encontraba al 56,25 por ciento de su capacidad.
