A lo largo del pasado año se registraron casi 450.000 accidentes laborales en España, cerca de un 6% más que en 2014, año que a su vez presentó un crecimiento del 5% sobre el precedente. En 2015 murieron 608 trabajadores y trabajadoras en accidentes laborales, 28 más que en 2014 y casi dos trabajadores muertos cada día, 500 en los lugares de trabajo y 108 en el desplazamiento al trabajo. Con alguna excepción, los accidentes mortales han aumentado en todos los sectores.
Estos datos demuestran un rebrote de la siniestralidad y discuten la eficacia de la normativa, a pesar de que La legislación española en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo (Ley 31/1995, de 8 de noviembre, sobre Prevención de Riesgos Laborales) resulta ser una de las normativas más completas y desarrolladas a nivel internacional. Prueba de ello es que en la actualidad, está siendo utilizada como modelo de referencia para muchos países, principalmente latinoamericanos, que se encuentran a día de hoy en fase de promulgación o desarrollo de su legislación de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Últimamente asistimos a un interesante debate sobre la convergencia entre Seguridad Física y Seguridad Lógica, una división más del mismo concepto y, también en este caso, no podemos entender la percepción o la garantía de ser o estar seguro, sin cubrir ambos aspectos. Tal vez, sería interesante abrir también un debate sobre la convergencia entre Security y Safety, o, al menos, estudiar de qué modo los profesionales y empresas del lado Security, podemos colaborar con el lado Safety.
Garantizar la seguridad y la salud laboral de todos los trabajadores, propios o externos, debe ser un objetivo irrenunciable de cualquier organización, entidad o empresa y, aún más lejos de los sistemas de Coordinación de Actividades Empresariales, campañas informativas, carteles de concienciación, publicación de políticas de Responsabilidad Social Corporativa y compromisos éticos, debemos enfocar nuestros esfuerzos para que las inversiones realizadas en soluciones de seguridad tengan también un retorno expresado en la rebaja objetiva de los niveles de siniestralidad laboral. Está claro que no basta con formar e informar, pues, si fuera así, prácticamente no existirían los accidentes de tráfico. Recibimos formación vial, pasamos exámenes de aptitud y, sin embargo, sufrimos accidentes de tráfico, muchas veces tras infringir la normativa que aprendimos y demostramos conocer.
La cultura de seguridad, protección y salud laboral debe ser estudiada e implantada de forma colectiva
El cambio de cultura empresarial en lo que se refiere a seguridad y salud laboral es, evidentemente, necesario, pero seremos más eficaces y proactivos si, además de poner en marcha planes de educación de plantillas y directivos, también implementamos medidas técnicas de seguridad que empujen en la misma dirección, sin detrimento de su objetivo primario.
Debemos informar a los empleados de los riesgos que corren al acceder a un recinto de riesgo (en el Sector del Agua, especialmente riesgo químico, eléctrico y espacios confinados), de las condiciones y factores que afectan, o podrían afectar a la salud y la seguridad de los empleados incluyendo a los trabajadores temporales y personal contratado, visitantes o cualquier otra persona en el lugar de trabajo
Debemos informarles de las medidas de protección y de los recursos técnicos que deben emplear para realizar su trabajo, pero también debemos preguntarnos por la posibilidad de impedir, o al menos supervisar, el acceso del trabajador no cualificado o no equipado, al lugar de trabajo, evitando, de este modo, un accidente potencial.
Las posibilidades de utilización de los sistemas de control electrónico de accesos, como instrumento en beneficio de la seguridad laboral, son reales, eficaces y probadas. Desde hace años, muchas empresas internacionales se mueven en esta dirección y, especialmente en el caso de empresas y trabajadores subcontratados, se desarrollan e implementan estrategias de verificación del respeto a las normas de protección y salud laboral, embebidas e integradas en los habituales protocolos de autorización de acceso.
La cultura de seguridad, protección y salud laboral debe ser estudiada e implantada de forma colectiva. El comportamiento individual seguro, último eslabón de la cadena, debe y puede ser impuesto y supervisado por medio de la tecnología.
En los procesos de verificación y concesión de autorización de acceso a instalaciones de riesgo deben introducirse criterios y, aún mejor, herramientas software y hardware diseñadas para evitar que trabajadores no cualificados, inconvenientemente documentados o ignorantes de las normas generales o específicas de protección laboral, accedan a los diferentes recintos de una compañía, especialmente si esta compañía utiliza servicios subcontratados a terceros y sus instalaciones están normalmente deshabitadas y dispersas en una amplía geografía. Evidentemente, en esta descripción queda perfectamente reflejado el Sector del Agua.
Reconozcamos que, en estos tiempos aun económicamente desfavorables, debemos estar muy atentos para evitar situaciones precarias de seguridad laboral, especialmente entre el colectivo de trabajadores de empresas subcontratadas que, cada día, acceden a nuestras instalaciones y, a veces, asumen riesgos para los cuales no están suficientemente preparados, equipados e, incluso, asegurados. Somos corresponsables ante la ley, pero de forma más íntima, ante nuestra propia conciencia.
Locken, desde hace años, viene desarrollando herramientas software y hardware orientadas al propósito de gestionar el acceso con la doble vertiente de security (impedir el acceso a personas no autorizadas) y safety (impedir el acceso a usuarios no cualificados de acuerdo a PRL).
Así, en 2008, con Locken Web Request, portal dinámico de petición de acceso y verificación de documentación de Coordinación de Actividades Empresariales, Locken da el primer paso en esta dirección.
Hoy en día, en combinación con sistemas de geolocalización o sistemas de posicionamiento por balizas Bluetooth (BLE), Locken desarrolla App’s personalizadas, bajo el nombre genérico de MyLocken, que verifican automáticamente la aptitud PRL de los trabajadores desplazados y la existencia de órdenes de trabajo que justifiquen el permiso de acceso a recintos aislados y no habitados.
Básicamente, el usuario al llegar a la instalación objeto del trabajo, anuncia vía App su presencia, iniciándose en ese momento un workflow de verificación que, por supuesto incluyendo la normativa de riesgos laborales, finaliza con la concesión de permiso de acceso, sólo en el caso de que todo el proceso de verificación culmine en un resultado positivo.
Las empresas usuarias se benefician de un doble retorno de la inversión, garantizando sólo el acceso al personal propio o subcontratado realmente autorizado y encontrándose en regla en cuanto a las normas de salud laboral.