En mayo de 2014, OCU tomó una muestra del agua de la red en hogares de 62 municipios. Se enviaron de forma inmediata al laboratorio para analizar las características propias de su origen (su grado de mineralización y dureza), su calidad higiénica y el nivel de posibles contaminantes. Además de 50 capitales de provincia, había muestras de 12 localidades de mediano y pequeño tamaño, donde los sistemas de distribución y tratamiento suelen ser más precarios, la ley requiere menos controles y en anteriores estudios detectamos problemas de calidad.
El detalle de los resultados y los precios del agua están en el estudio completo, publicado en OCU-Compra Maestra. También resuelve muchas de las dudas relacionadas con la calidad del servicio.
Los resultados se corresponden a un momento y lugar concreto (el de la toma de la muestra) y sirven como una instantánea de la situación, útil para revelar dónde puede haber problemas, pero de los que no debemos sacar conclusiones apresuradas.
Hay que tener en cuenta que la calidad final del agua del grifo depende de cómo se trata para hacerla potable, de la fuente de abastecimiento y también de las instalaciones interiores del edificio. El agua puede cambiar según la estación y los vaivenes de la meteorología (a veces son pantanos, otras manantiales, acuíferos, desaladoras...). Por tanto, no es constante a lo largo del año. Las pruebas se hicieron en plena primavera, un momento en el que el agua abunda y la calidad no debería resentirse por la escasez.