Salvemos Cabana, que lleva solicitando la suspensión del acuerdo desde 2014, considera que este cambio de rumbo permitirá la conservación adecuada del monumento y su mantenimiento como yacimiento arqueológico de primer orden y no como un mero recinto multiusos.
El colectivo, entre cuyos fines fundacionales está la defensa del patrimonio sociocultural además del ambiental, ya había advertido previamente y en reiteradas ocasiones del riesgo que supone convertir este enclave arqueológico en una sala de usos múltiples para la realización de actividades con la presencia masiva de público, que podrían acabar convirtiendo el recinto, uno de los mejores exponentes del neolítico en el noroeste peninsular, en una suerte de caseta de feria.
Salvemos Cabana había pedido ya el pasado mes de la mayo la actuación inmediata del organismo provincial tras los desperfectos aparecidos en la costosa réplica del megalito debido a la falta de control sobre los grupos favorecido por la errónea política de José Muiño (PP), alcalde de Cabana, y su asesor de cultura de traer los visitantes 'a miles' al yacimiento pero sin prever las posibles consecuencias.
La asociación había solicitado, asimismo, "la valoración por parte de expertos del estado actual y posible deterioro de las pinturas" del megalito, así "como el establecimiento de un número máximo de visitas recomendado al recinto arqueológico en aras de su conservación".
A esto ha respondido el organismo provincial en fechas recientes con el establecimiento de acciones de mejora. Por eso, entre otras iniciativas, tres especialistas en distintos ámbitos de la restauración de bienes culturales bajo supervisión del experto Fernando Carrera, profesor titular de la Escola de Restauración e Conservación de Bens Culturais de Galicia controlarán periódicamente e in situ las condiciones de las pinturas del dolmen, un gran paso sin duda de cara a su correcta preservación.
De hecho, en sus primeros controles, han podido verificar los altos niveles de humedad que sufren. Con todo, los expertos señalan los cambios repentinos en las condiciones ambientales del recinto como la mayor amenaza para su conservación.
UN PATRIMONIO GALLEGO UNIVERSAL
El Dolmen de Dombate fue dado a conocer por el historiador Manuel Murguía y el propio Eduardo Pondal lo inmortalizó en 1885 en su poema "Queixumes dos pinos". No obstante, los primeros estudios detallados del monumento fueron realizados durante el siglo XX por Parga Pondal y Pérez Bustamante, entre otros autores.
Ya en época moderna (entre 1987 y 1989) se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas sistemáticas que pusieron de manifiesto su estructura de cámara y corredor, con pinturas y petroglifos en sus losas, lo que hace que este monumento del IV Milenio A.C. sea actualmente considerado como la "Catedral del Megalitismo" en Galicia.
El monumento es propiedad de la Diputación de A Coruña, comprado por acuerdo plenario en 1975 tras la adquisición de terrenos con una superficie total de 715 m² en la parroquia cabanesa de Borneiro, y declarado Bien de Interés Cultural (por aquel entonces Monumento Histórico-Artístico) el 11 de marzo de 1978, a través del decreto 728/78 publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).