La agricultura ilegal sigue avanzando en Doñana incluso dentro de los límites del espacio protegido, ha alertado WWF. Una laguna ubicada en una finca agrícola dentro del Espacio Natural de Doñana, en el municipio de Hinojos, ha sido destruida de manera irreversible por las máquinas de una empresa agrícola sin contar con autorización. Las obras, que ya han sido denunciadas y paralizadas por la Junta de Andalucía, buscaban transformar la finca para cultivar bajo plástico, en un ejemplo claro del avance sin control de los regadíos en Doñana.
‘La Torera’ es una finca agrícola y forestal ubicada dentro del Espacio Natural de Doñana, incluida en la Red Natura 2000 por su importancia ecológica y por ser parte del área de dispersión del lince ibérico. El terreno acaba de pasar a manos de una nueva empresa arrendataria, que ha comenzado a realizar unos trabajos –movimientos de tierras y canalizaciones- que están provocando daños irreversibles sobre uno de los mayores valores ambientales de la finca, la laguna de Juan Sardina.
Ante la denuncia de WWF, el Espacio Natural Doñana –dependiente de la Junta de Andalucía- ya ha paralizado las obras y ha abierto un expediente administrativo a la empresa. WWF lamenta que la respuesta de la administración haya llegado demasiado tarde para evitar los importantes daños ambientales sobre la laguna. La organización ha tenido constancia de denuncias de los Agentes de Medio Ambiente del Espacio Natural, e incluso del Seprona, desde hace dos semanas, mientras las máquinas trabajaban sin descanso para transformar la finca al regadío.
WWF ha solicitado que se evalúen los daños cometidos sobre la laguna y el entorno de la finca, para analizar la posible afección a especies protegidas y a la Red Natura 2000, y ha pedido mayor contundencia al Espacio Natural Doñana ante los cambios de uso del suelo.
“Este caso demuestra que hace falta mucho mayor esfuerzo por parte de la administración para acabar con las ilegalidades en el entorno de Doñana”, ha comentado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. “Si la administración ni siquiera puede controlar el avance de la agricultura ilegal dentro de los límites del Espacio Natural de Doñana, hace falta mucha mayor contundencia para hacer cumplir la ley en la zona”, ha concluido.
