El próximo sábado 31 de mayo las asociaciones Río Aragón, Yesa+No de Sangüesa y URA-Nueva Cultura del Agua de Navarra han convocado una manifestación en Pamplona bajo el lema “Paremos el recrecimiento de Yesa. Pueblos vivos”. El inicio de la manifestación está previsto a las 17:30 desde la plaza de la estación de autobuses.
Según ambas organizaciones, los innumerables y gravísimos deslizamientos que de forma continuada se producen en las laderas de Yesa y que han conllevado el desalojo de dos urbanizaciones y un estado de alarma creciente en las poblaciones aguas abajo, especialmente Sangüesa, obligan a una respuesta ciudadana contundente que ponga freno a la incompetencia de la CHE que irresponsablemente está poniendo en serio riesgo miles de vidas humanas.
Tras inversiones millonarias, que triplican el presupuesto inicial de 113 hasta casi 400 millones de euros, las laderas de Yesa se siguen moviendo. Mientras tanto el presidente de la CHE, Sr. De Pedro, desconoce que los problemas geológicos llevan décadas ocurriendo, cuando sus propios técnicos las habían denunciado, y su administración es incapaz de estabilizar las laderas definitivamente porque ello es imposible.
Los técnicos independientes que asesoran a ambas organizaciones y a los vecinos desalojados de Yesa están dando la voz de alarma ante un problema que no puede sino agravarse a futuro, y más con los efectos de sismicidad inducida que, el cambio climático o el aumento de agua embalsada en una zona calificada del máximo riesgo en Aragón, pueden provocar.
Las organizaciones denuncian que la CHE plantea expropiar cientos de hectáreas sin ninguna necesidad, que son el sustento de los pueblos, como Artieda, realmente afectados. Una administración que cuenta con la acción en unos casos y el silencio cómplice, en otros, del Gobierno de Aragón y del Gobierno de Navarra.
Las sociedades navarra y aragonesa no pueden ser cómplices de la barbaridad que, a costa de sus bolsillos y servicios esenciales, se está ejecutando en las obras de recrecimiento de Yesa. Deben plantarse ante una administración que sigue adelante con irresponsabilidad y soberbia sin asumir su incapacidad, según las asociaciones.
El recrecimiento de Yesa debe pararse, además de por la inseguridad que provoca, porque sólo es entendible desde la lógica trasvasista, la trasnochada gestión de los ecosistemas fluviales y las pretensiones privatizadoras de los ríos. Además, recordar que existen alternativas que compaginan la seguridad con los usos del actual embalse.
Así, desde la asociación, llamamos a la movilización ciudadana aragonesa a acudir a manifestarse contra un proyecto innecesario, irracional, inseguro y derrochador. Ven a Pamplona el próximo sábado 31 de mayo “Paremos el recrecimiento de Yesa. Pueblos vivos”.