Estas lagunas, que llevan cuatro años en funcionamiento, tienen una superficie conjunta de 14 hectáreas y entre 0.3 y 0.7 metros de profundidad; son alimentadas con el agua procedente de los humedales artificiales del Tancat de la Pipa, que a su vez reciben las aguas eutrofizadas, ricas en microalgas, del lago de l’Albufera.
Según destacan los investigadores, la mejora en la calidad físico-química observada en ellas, y su propia hidromorfología, facilita el aumento de la diversidad de fitoplancton y la expansión de diversas especies de zooplancton, especialmente aquellas que consumen las microalgas presentes y que se desarrollan con gran dificultad en el lago. Por otro lado, la mejora de la transparencia del agua ha facilitado la aparición periódica de plantas acuáticas sumergidas, habituales en el lago hasta los años sesenta y hoy desaparecidas.
En estos momentos, los esfuerzos se centran en cómo mantener de una forma estable la vegetación subacuática en las lagunas
El estudio está siendo llevado a cabo por el Instituto Cavanilles de Biodiversitat y Biologia Evolutiva de la Universitat de València, coordinado por la profesora María Antonia Rodrigo, y por un equipo del Instituto de Ingeniería del Agua y del Medio Ambiente de la UPV, dirigido por el profesor Miguel Martín.
“Tras cuatro años de funcionamiento y unos 10 Hm3 tratados, los primeros resultados muestran una mejora físico-química y biológica de las aguas que entran en ellas. Así, por ejemplo, el fósforo total se reduce en un 49%, presentando a la salida de las mismas un valor medio de 0.12 mg P/l, valor muy próximo al que se considera como máximo deseable (0.1 mg P/l) para cualquier afluente al lago. Suponen, por lo tanto, una segunda etapa de tratamiento para las aguas del lago, tras la mejora ya obtenida mediante los humedales artificiales previos”, señala Miguel Martín Monerris.
En estos momentos, los esfuerzos se centran en cómo mantener de una forma estable la vegetación subacuática en las lagunas ya que se ha comprobado que su presencia facilita el desarrollo de zooplancton. “La recuperación de estas praderas es un objetivo imprescindible en la recuperación del ecosistema acuático de l’Albufera y la experiencia con las lagunas del Tancat demuestra que ello es posible si se consigue mejorar la calidad de las aguas del lago”, señala Miguel Martín.
En definitiva, las lagunas del Tancat de la Pipa actúan como depuradoras naturales y como “orillas” de l’Albufera, zonas someras que permiten el incremento de la biodiversidad planctónica, vegetal y animal.