El mundo globalizado en el que vivimos produce continuamente, clasificaciones que ordenan por niveles de calidad, instituciones, organizaciones y empresas.
En la mayoría de estas clasificaciones, las universidades españolas no consiguen situar a ninguna, entre las 200 mejores del mundo y solo 10 aparecen entre las 500 mejores; El Word Economic Forum WEF, también pública sistemáticamente su índice de competitividad global, basado en una serie de pilares como las infraestructuras en el que España ocupa el lugar 10, la educación universitaria en el que España aparece en el puesto 26 o la innovación en el que se sitúa en el lugar 34 y también la OCDE nos informa recientemente el nivel de los universitarios españoles es similar al de los bachilleres coreanos o finlandeses y que no es cuestión de mas recursos económicos, pues dispone de mas o menos los mismos que los de los países donde funciona eficazmente, sino de “abrir las puertas a la sociedad y a la empresa”.
Las universidades españolas no consiguen situar a ninguna, entre las 200 mejores del mundo y solo 10 aparecen entre las 500 mejores
Para las empresas del agua no existen clasificaciones directas al uso pero sí hay muchos indicadores que pueden servir de referencia, por ej. en Madrid o Barcelona el agua cuesta 1,5€/m3 y para traerla y distribuirla, hay que hacer grandes presas como El Atazar y conducciones kilométricas, mientras que en las ciudades centroeuropeas, la suelen obtener de la capa freática, pero su precio no baja de los 4€/m3, también es muy significativo que en los apabullantes rascacielos de Dubai o Hong Kong siempre hay una botella de agua mineral en el baño, pues aun no han sido capaces de dar agua potable por el grifo, mientras que en los más altos edificios de nuestra más modesta Benidorm que multiplica por 10 su población en verano, siempre sale por el grifo agua buena, bonita y barata, resultado de un esfuerzo que es capaz de combinar tres fuentes de suministro: trasvase, desalinización y escasos recursos propios.
Son muchas las misiones extranjeras que nos visitan y aunque el liderazgo español en el agua aparezca como más prudente, se asombran de “El Milagro del Agua” en España, que supone suministrar 300L por habitante y día en zonas muy áridas y a precio asequible, lo que utópicamente seria comparable a dotar a las nubladas ciudades centro y norte europeas de 3.000 horas de sol al año y también a precio asequible.
Mejorar la escasa eficacia de nuestro sistema universitario es necesario y urgente para aumentar la calidad de nuestro capital humano y así ser competitivos en el escenario global, clave de la prosperidad y del empleo y hay que hacerlo con realismo y prospectiva, potenciando precisamente las formaciones que de una parte demanda nuestro modelo de desarrollo y de otra, presentan mayor potencial en el escenario global como es el Sector del Agua, clave medioambiental y de la calidad de vida.
Necesitamos docentes motivados, preparados y que estén en el mundo real; La Ley de Reforma Universitaria de 1985, concedió el estatus de profesor/ catedrático a 40.000 PNNs, a través de aquellas “Pruebas de Idoneidad” que sus propios autores han calificado posteriormente, como un “coladero”, lo que tuvo un doble efecto negativo y una consecuencia: convirtió en docentes a profesionales no necesariamente con vocación y aptitudes para la docencia, que encontraron en ella un modus vivendi, y a la larga, expulso por una mal entendida incompatibilidad a los mejores profesionales que, lógicamente, trabajaban en el mundo real; la consecuencia fue que la enseñanza bajo de calidad, dejando de ser el ascensor social que había sido y que la política se nutrió mayoritariamente de la deserción de la docencia.
El sector del agua necesita como nadie una mejor y mayor colaboración entre Universidad-Empresa
Aun hoy el propio CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, nos dice que la “lealtad” y las publicaciones (“papers”) que no las patentes, son elementos clave en la promoción del profesorado universitario, mientras que la movilidad la penaliza, en resumen problema de endogamia y solución: abrir puertas a la sociedad y al mundo real, es decir a la empresa. También en el sector del agua padecemos la desconexión Universidad-Empresa, por ej. no existe una base de datos accesible y viva, que incluya “papers”, patentes, grupos de trabajo o los departamentos mas avanzados en el ámbito del agua y cuyos resultados pudieran trasladarse rápidamente al mundo real.
De forma que el sector del agua necesita como nadie una mejor y mayor colaboración entre Universidad-Empresa, por lo que, entendemos, no solo como muy positivo, sino como absolutamente necesario el incentivar esa colaboración Universidad-Empresa y damos la bienvenida a todos los acuerdos que se establezcan, permitiéndonos animar encarecidamente a nuestras empresas y profesionales a que se sienten con nuestras universidades y estudien y establezcan colaboraciones en el ámbito del agua, que a buen seguro, redundaran en beneficio de todos.
Artículo de J. L. González Vallvé
