La participación activa del sector privado en la adaptación al cambio climático de los más vulnerables es cada vez mayor. Este es el caso de Casimiro, un agricultor y emprendedor de la zona de Santander, Colombia, que obtuvo un crédito de 2000 dólares americanos para instalar un sistema de riego por goteo. El crédito se lo proporcionó una institución asociada al proyecto Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas (MEbA) que implementan el PNUMA y Frankfurt School con fondos del Gobierno Alemán en la región andina de Colombia y Perú.
El sistema de riego por goteo hace un uso eficiente del recurso hídrico y se suma a otra serie de medidas que Casimiro utiliza en su finca, como la producción y aplicación de abonos orgánicos, la diversificación de cultivos y el terraceo. Estas son medidas de adaptación basada en ecosistemas, o EbA, que promueve el proyecto MEbA, y que buscan aumentar la resiliencia de pequeños productores a través de un mejor uso y manejo de los ecosistemas y sus servicios. El proyecto cuenta con cinco instituciones de microfinanzas (IMF) asociadas que promueven este tipo de medidas: Bancamía, Contactar y Crezcamos en Colombia, y Fondesurco y Solidaridad en Perú.
El 10 de diciembre, para hacer el compromiso más tangible para los actores de política climática y mostrar el potencial que existe con este tipo de alianzas público-privadas, las IMF del proyecto MEbA harán público el reto de destinar, en los próximos cinco años, aproximadamente 20 millones de dólares americanos a la adaptación basada en ecosistemas, así como otorgar 24 mil créditos y formar a 14 mil clientes. Esto implica también, para e el mismo periodo, alrededor de 14 mil hectáreas manejadas bajo criterios EbA y unos 600 empleados capacitados sobre el tema.
Existe una brecha a escala global de 2 mil millones de dólares americanos anuales entre oferta y necesidades de financiamiento, que las alianzas público-privadas podrían ayudar a reducir con iniciativas como esta. La historia de Casimiro puede replicarse en muchos lugares de Perú y Colombia, así como en la mayoría de los países de la región. Si bien hay múltiples opciones de adaptación, son de particular interés para los pequeños productores aquellas que, como las implementadas por Casimiro, promueven el uso sustentable de los ecosistemas y sus servicios.
La inclusión de estas fuentes alternativas de financiamiento en el camino de los países hacia la adaptación depende de políticas públicas direccionadas. Planes, estrategias, regulaciones y programas son algunos de los instrumentos que los Gobiernos pueden usar para impulsar una mayor participación del sector privado así como la implementación de opciones de adaptación sustentables y costo-efectivas. Los roles que juegan distintos actores – p.ej. Gobierno, sector privado, sociedad civil y academia – son clave para definir las reglas de esta participación.
Para abordar estos temas y explorar las distintas alternativas que tienen los Gobiernos, el sector privado y los financiadores, se celebrará también el 12 de diciembre el evento Inclusión de fuentes alternativas de financiamiento en políticas dirigidas a poblaciones vulnerables.