Centenares de ciudadanos participan en una campaña de voluntariado ambiental coordinada por la Fundación Limne para analizar la calidad de los ríos de la Demarcación del Júcar. Se trata de una iniciativa que se realiza de manera semestral desde 2007 y en esta ocasión se celebra desde este martes y hasta el próximo 15 de junio.
Los organizadores han explicado en un comunicado que se realizan dos campañas de este tipo cada año para ofrecer una fotografía de la calidad biológica del agua. Asimismo, han indicado que la participación ciudadana en este proyecto ha aumentado año tras año, y se alcanzó en 2013 una cifra de 85 puntos de inspección diseminados por toda la Demarcación Hidrográfica del Júcar, lo que supone una red de unos 43 kilómetros de río muestreados.
Los voluntarios del proyecto analizan, con unos reactivos, la cifra de ph, nitratos y oxígeno disuelto del tramo de río que tienen asignado. Tras esa primera valoración, pasan a estudiar la presencia de bioindicadores, ya que la existencia de ciertas larvas de insectos, gasterópodos o crustáceos puede revelar el estado de calidad del ecosistema fluvial del municipio.
Cada grupo o familia de macroinvertebrados está asociada a una calidad diferente y la imagen final muestra la calidad del ecosistema, que se enmarca en uno de los cinco niveles que señala la Directiva Marco del Agua.
En base a ese "semáforo de calidad", los voluntarios de Limne estimaron en la campaña de 2013 que el 33 por ciento de los tramos de río del estudio presentaban una calidad "muy buena" y otro 28 por ciento se marcaron con calidad "buena". En la franja de calidad "moderada" se encontraban el 19 por ciento de los tramos estudiados, mientras que las calidades inferiores --"deficiente" y "muy deficiente"-- sumaban el 20 por ciento del total.
La tendencia en los últimos años es a un menor porcentaje de tramos amenazados, en lo que compete al índice de macroinvertebrados. Otros índices usados por los voluntarios de Limne muestran una calidad más moderada, como el índice de macrófitos o el de calidad del bosque de ribera.
Éste último indica que el 51 por ciento de los tramos analizados presentan "alteraciones importantes" en la estructura, conectividad o continuidad de su comunidad vegetal; el 35 por ciento de los tramos se han definido como "bien conservados" y el 14 por ciento restante se marcaron como "muy degradados".
Según la Fundación Limne, "aunque en algunos tramos pueda mejorar la calidad química o biológica, el bosque de ribera aún presenta algunos problemas que deben ser abordados, precisamente porque su mejora también condiciona la mejora en la calidad química y biológica, por su evidente capacidad autodepuradora".
Especies exóticas invasoras
Por otra parte, la presencia de especies exóticas invasoras supone "un grave problema que ayuda a empobrecer los bosques de ribera autóctonos". Por este motivo, la Fundación Limne se hace especial inciso en la gestión "responsable" de los ecosistemas fluviales y en el seguimiento y control de estas invasoras.
Limne considera "imprescindible" crear una red colaborativa entre todas las instituciones vinculadas al medio fluvial y la ciudadanía. Los datos recabados por los voluntarios se pasan al Banco de Datos de Biodiversidad de la Generalitat Valenciana, para su uso en la gestión del territorio.
Por otro lado, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente colabora en la revisión y validación de los datos aportados, así como prestando asistencia técnica en la elaboración de protocolos de seguimiento.
Así lo refleja un convenio de colaboración firmado esta misma semana, que tiene por objeto aumentar la calidad de los datos recabados y explorar nuevas vías de ciencia ciudadana, que permitan obtener nuevos datos sobre nuestros ecosistemas, ha explicado la fundación.
