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Entrevista a Pedro Arrojo en "Público"

Sobre la Entidad

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El profesor de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza e impulsor de la Fundación Nueva Cultura del Agua repasa en esta entrevista de María G. de la Fuente (Público) los asuntos más candentes de la actualidad de la gestión del agua en España.

¿Por qué en España se dice que las desaladoras son de izquierdas y los trasvases, de derechas?

Eso no tiene sentido y nos dice hasta qué punto, por desgracia, estamos haciendo del agua un arma política. Cuando se discute al respecto, sobre todo la clase política, más que soluciones operativas, se buscan argumentos políticos y eso lleva, por ejemplo, a pensar que la Nueva Cultura es de izquierda, o de aragoneses frente a murcianos, o que las desaladoras son de izquierdas. No tiene sentido. Necesitamos un discurso de modernidad común a todos.

¿Le sorprende que en Valencia y Murcia, a pesar de que no ha habido restricciones, gane el PP?

Es una cuestión paradójica. Si se hubiera impuesto la dinámica de trasvases, en estos años de sequía pasados hubiera habido cortes de agua en el litoral del sureste peninsular, porque estos años formaban parte de la letra pequeña de los anexos del PHN, que decía que en el 20% de los años no se podría trasvasar, porque eran años de sequía. Los trasvases son una mala herramienta para abordar la sequía; las desaladoras, en cambio, sí funcionan a largo plazo. En el sureste, la zona más seca, donde deberían haber tenido sequía, no ha habido cortes gracias a las desaladoras. En Barcelona, en cambio, hay problemas de abastecimiento puntual por el retraso en la llegada de las desaladoras. El Gobierno ha sido más operativo en las desaladoras del sureste, gracias al Programa AGUA, que la Generalitat.

¿Qué le parece que Aragón se reserve 6.000 hm3?

Tampoco es bueno dogmatizar con que el agua es mía y meter en el Estatuto de Aragón el blindaje de que lo que llueve en Aragón es de esta comunidad, porque si es así, los navarros podrían cortarnos (a los aragoneses) el Ebro en Tudela.

La construcción de desaladoras en Catalunya se transfirió a la Generalitat. Si lo hubiera hecho el Ministerio de Medio Ambiente, como en Levante, ¿se hubieran finalizado a tiempo de evitar el conflicto con el mini-trasvase?

No me atrevería a decirlo, no sé por qué se han demorado. La demagogia que se ha empleado por parte de PP y CiU está consiguiendo desenfocar el debate actual de Catalunya, que tiene una buena estrategia de planificación del agua, a 10 y 20 años vista. La planificación es impecable y se basa en ahorrar fugas, integración de aguas subterráneas y superficiales, regeneración y reutilización, y desalación de aguas marinas, con tres plantas con capacidad para producir 200 millones de litros al año de agua de alta calidad por 0,40 euros/metros cúbicos. Por eso, la Agencia Catalana del Agua rechaza el trasvase del Ródano, que costaría más de un euro/m3, y el trasvase del Ebro previsto en el PHN, porque costaría lo mismo que la desalación, pero serían aguas de peor calidad. Las aguas que se van a trasvasar ahora están en el límite de la potabilidad, y se tendrán que mezclar con aguas mejores.

La Agencia tiene previsto reverter una parte de las aguas del trasvase del Ter, que es lo que ahora da de beber a Barcelona. Es una estructura de corte antitrasvasista y eso no puede tirarse ahora por la ventana, porque una cosa es la planificación a futuro y otra, la gestión de la sequía. El PHN no tiene ni un renglón de gestión de sequía y quienes no planificaron una sequía, ahora quieren sacar de la caja el muerto del trasvase (el PP).

¿Cómo se resuelve la situación de Barcelona?

La sequía de Barcelona no tiene un precedente conocido. Se llega tarde con las desaladoras y hay que mirar el acuífero, pero el del Besos-Llobregat, que antes bombeaba 12 hm3, tiene un problema de contaminación y descontaminarlo va a costar de 10 a 15 años. Mientras tanto se podría realizar ósmosis inversa del acuífero para desalobrarlo, a un coste de 0,25 m3, pero no se puede desalar todo el acuífero porque faltan las grandes plantas de desalación. Lo que queda es el agua de regadío y ya se han expropiado los derechos de los regantes. Y quedan los barcos, pero sólo pueden trasportar 6 m3 y es una cantidad insuficiente. La última opción está en la cuenca del Ebro, que no tiene sobrantes, como cualquiera de nosotros que no tenemos sobrantes de sangre, pero en una emergencia puede haber una transfusión. En el siglo XXI, una ciudad no puede tener cortes, por lo que se ha optado por una trasfusión de emergencia y puntual, al igual que se hizo con la cesión de derechos de los regantes del Tajo a Murcia y nada dijo el PP. Ha faltado la previsión hace un año.

¿Qué lectura hace de la salida de Narbona del Gobierno? ¿Qué significa la reunificación de Medio Ambiente y Agricultura?

En la práctica, se ha suprimido el Ministerio de Medio Ambiente. Es un paso atrás, de antes de los gobiernos del PP, una involución. Y es una contradicción decir que el cambio climático es uno de los grandes objetivos y disolver el Ministerio. Es la primera vez que hemos tenido una ministra de Medio Ambiente.

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