El presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, Jorge Marquínez, ha dado a conocer esta mañana los resultados del último muestreo [Descargar pdf, 1,71 Mb] realizado en relación a la existencia de mejillón cebra dentro del ámbito de la DHC, unos resultados que confirman que la demarcación continúa libre de esta especie invasora.
Desde el año 2007 la Confederación Hidrográfica del Cantábrico viene desarrollando una serie de actuaciones en relación con la especie invasora conocida comúnmente como mejillón cebra (Dreissena polymorpha), unas actuaciones que han supuesto una inversión cercana a los 5 millones de euros y que se pueden resumir en las siguientes:
- Monitorización de las masas de agua de la CH Cantábrico: campañas 2006, 2007, 2008 y 2009.
- Creación de la estación de filtrado en el Embalse del Ebro.
- Modificación de las autorizaciones de navegación.
- Generación de material divulgativo sobre el mejillón cebra.
- Formación de la Guardería Fluvial.
- Participación en Comisiones de Seguimiento.
Para conocer más datos sobre las diferentes actuaciones llevadas a cabo por la CHC en relación con la especie invasora mejillón cebra, puede descargarse este documento [Descargar pdf, 1,03 Mb].
Igualmente, se está realizando un tratamiento particularizado sobre las distintas especies invasoras que amenazan los cauces de la demarcación, habiendo generado documentación específica en la materia y diversos encuentros con las Administraciones afectadas para coordinar las actuaciones, así como desarrollado distintas actuaciones de erradicación.
El Mejillón Cebra, potencial amenaza
El mejillón cebra, o Dreissena polymorpha, es la principal amenaza biológica de las cuencas fluviales españolas y una de las especies más dañinas del mundo. Es un molusco bivalbo fácilmente indentificable por las bandas claras y oscuras de su concha, que dan origen a su nombre común. La primera detección de esta especie en España fue en 2001, en el Bajo Ebro. Actualmente se puede detectar en las cuencas del Ebro, Júcar y Segura ocasionando millonarias pérdidas para las infraestructuras hidráulicas además de consecuencias desastrosas para las especies propias de estas cuencas.
Por su extraordinaria capacidad de adaptación y de reproducción, la prevención es la principal arma para evitar en lo posible la introducción de esta especie en los ríos del Norte, actualmente libres de esta amenaza. Las cifras son abrumadoras: el mejillón cebra tiene una vida media de 3 años y las hembras pueden producir un millón de huevos al año en condiciones aceptables. Su presencia obtura tuberías, contamina las aguas; inutiliza zonas de baño; y moviliza importantes recursos económicos para evitar su propagación.