La directora general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM), Marta Morén, ha visitado hoy las obras de la desalinizadora de Oropesa del Mar y Cabanes, en Castellón, con motivo del inicio de los trabajos de construcción. En el acto ha estado acompañada por el Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, así como por el director general de Acuamed, Carlos Massa. También han estado presentes los alcaldes de Oropesa del Mar y Cabanes, Rafael Albert Roca y Artemio Siurana Gauchía, respectivamente.
Durante su intervención, Marta Morén ha destacado la importancia de la construcción de esta planta desalinizadora, ya que va a permitir resolver las necesidades de la Plana de Castellón, de una forma segura, con garantías y con calidad para garantizar el desarrollo de la provincia, preservando los acuíferos de la zona y garantizando el futuro de manera sostenible.
Además, ha añadido, se trata de una actuación que es coherente y está en la línea de los objetivos fijados por la Directiva Marco del Agua, ya que contribuye a garantizar el suministro suficiente de agua en buen estado, tal como requiere un uso del agua sostenible, equilibrado y equitativo.
Esta planta desalinizadora, que se está construyendo en el término municipal de Cabanes (Castellón), supone una inversión de más de 55,5 millones de euros, incluidas las asistencias y expropiaciones. El presupuesto de obra, junto con los costes de operación y el mantenimiento, es de 52 millones de euros, una parte de los cuales se financia con Fondos Europeos.
La ejecución de las obras de la desalinizadora de Oropesa del Mar y Cabanes, así como las obras complementarias, son ejecutadas por la unión temporal de empresas formada por Técnicas Reunidas S.A., Ionics Ibérica S.A.U., Torrescámara y Compañía de Obras S.A. y Constructora Hispánica S.A..
La desalinizadora se ubica en Cabanes, junto al límite del término con Oropesa del Mar. Ambos municipios son los principales beneficiarios, junto con Benicde su producción, lo que supone una población de unas 150.000 personas.
En la primera fase, la planta generará 21,5 hectómetros cúbicos al año de agua potable, ampliables, si el crecimiento de las necesidades lo requiere, hasta 43 hm3, por lo que las obras de toma de agua de mar, las conducciones de agua bruta a planta y el sistema de evacuación de la salmuera de rechazo se construyen ya dimensionados para esta segunda fase.
En cuanto a la propia planta, tanto los edificios como la obra civil asociada están dimensionados para la producción inicial de 21,5 hm3 y se ubican en una parcela con espacio suficiente para realizar, en el futuro, el desdoblamiento de instalaciones necesario para la puesta en marcha de la segunda fase de producción.
Tanto el sistema de desalación como la configuración y distribución de las líneas de tratamiento se han diseñado para optimizar el rendimiento de agua desalada y al mismo tiempo aprovechar la alta presión de agua de rechazo para mejorar también el rendimiento energético.
