Desde hoy y hasta el próximo miércoles, Barcelona acogerá a los ministros de los 43 países que componen la Unión por el Mediterráneo, junto a altos mandatarios de la Comisión Europea, Liga Árabe y Libia (como observador.
WWF ve con buenos ojos este encuentro internacional que deberá aprobar la Estrategia para el Agua en el Mediterráneo y propone una serie de cuestiones clave que debería contener dicho documento para permitir conservar los ecosistemas acuáticos, elemento imprescindible si se pretende lograr el desarrollo socioeconómico.
Según la organización, es imprescindible gestionar los recursos de agua a nivel de cuenca, ya sea dentro de un país o de varios, si el río cruza diferentes estados. También se deberán respetar los acuerdos internacionales, como el Convenio de Agua de las Naciones Unidas de 1997, el de Biodiversidad o el de Ramsar, este último relativo a humedales.
Asimismo, aconseja que la adaptación al cambio climático sea mediante infraestructuras verdes y soluciones naturales que permitan mantener los ríos vivos, con unos caudales ambientales que garanticen el buen nivel de los acuíferos y eviten su sobre-explotación (ya sea legal o ilegal). WWF considera que sólo de esta forma se asegurará el buen funcionamiento del ecosistema, así como el abastecimiento de agua para la población.
Además, la Estrategia no debería fomentar la transformación a regadío de cultivos tradicionalmente de secano, como la viña o el olivar, sino apoyarlos para que puedan tener rentabilidad en su forma original.
Por último, la organización se plantea infraestructuras “grises” o duras, como presas y trasvases, sólo cuando sean imprescindibles, con unos estudios de impacto ambiental adecuados y siguiendo siempre las recomendaciones internacionales al respecto.
Según Eva Hernández, experta en aguas continentales de WWF España: “La Estrategia para el Agua en el Mediterráneo deberá fijar esquemas de compensación económica que favorezcan a quien conserve los recursos y los ecosistemas de aguas continentales, mediante pagos por servicios ambientales, infraestructuras verdes o soluciones “blandas”, como dejar espacio natural a los ríos para evitar inundaciones”. Y concluye: “Esperamos que la sociedad civil de los 43 países pueda participar de forma activa para definir del plan de acción que debe seguir a esta estrategia ”.