La economía circular está ganando fuerza, y el sector del agua es uno de los más interpelados para sumarse a la transformación que propone. Me pregunto, y comparto con vosotros la pregunta: ¿se sumará el sector de forma superficial apostando por soluciones continuistas o buscará una transformación sustancial apostando decididamente por la innovación?
Quizás algunos se inclinen por lo primero porque piensan que la economía circular no trae mucho nuevo en la práctica. Al fin y al cabo, la idea de cerrar ciclos del agua no es ni mucho menos revolucionaria. Sin embargo, hoy me gustaría invitaros a todos a darle una oportunidad a lo segundo, a imaginar que este tirón que está teniendo ahora la economía circular podría resultar verdaderamente en un cambio profundo en la manera en la que gestionamos el agua.
Para ello, permitidme empezar por compartir una visión de lo que entendemos por economía circular, en su versión más amplia y ambiciosa. La economía circular nos propone pasar de un modelo económico destructivo con la naturaleza a uno regenerativo, apelando además a la lógica económica que tiene esto: un sistema de producción y consumo apoyado en la extracción continuada de materias primas y la degradación de nuestros recursos naturales sencillamente no es viable a medio-largo plazo, tampoco en términos económicos.
El reto es construir un nuevo modelo económico basado en ciclos cerrados de los materiales, que preserve recursos naturales, evite residuos y emisiones, y facilite la regeneración de ecosistemas. Para ello, necesitamos usar inteligente, moderada y regenerativamente materiales, agua y energía en todo el ciclo de vida de productos y servicios, y usar productos y componentes al máximo promoviendo lo duradero, compartible, reparable, modular, o actualizable.
El diseño circular aparece como una de las palancas imprescindibles para hacer realidad las promesas de la economía circular, a través de la innovación en productos, servicios y modelos de negocio. La colaboración multistakeholder y la aplicación de nuevas tecnologías como blockchain o impresión 3D pueden también jugar un papel clave.
El agua debería jugar sin duda un papel clave en la economía circular, como recurso fundamental para nuestro sistema de producción-consumo y para los ecosistemas que lo soportan.
¿Cómo podemos destapar oportunidades de innovación circular en el sector? Aquí van 11 preguntas que pueden ayudarnos a descubrirlo:
- ¿Podemos cerrar algún circuito para permitir la reutilización del agua?
- ¿Podemos aprovechar el valor en cascada del agua antes de tratarla?
- ¿Podemos extraer recursos valiosos suspendidos o diluidos en el agua?
- ¿Qué usos innovadores podrían tener los excedentes de los tratamientos de agua?
- ¿Cómo podríamos fomentar el consumo directo de agua canalizada, evitando envases desechables y transporte?
- ¿Cómo podríamos evitar que entren contaminantes y tóxicos en el ciclo del agua?
- ¿Cómo podemos desde la gestión del agua contribuir a la preservación y regeneración de ecosistemas?
- ¿Cómo podrían las nuevas tecnologías ayudarnos a conseguir todo esto?
- ¿Podría una alianza entre diferentes industrias y grupos de interés abrir nuevas vías para la circularidad del agua?
- ¿Podría el sector del agua apoyar la circularidad de otros recursos o procesos clave para la economía circular?
- ¿Podríamos rediseñar/imaginar nuevos productos y servicios para mejorar la circularidad del agua en nuestros hogares, ciudades, industrias, explotaciones agrícolas?
Desde DOT (www.feeldot.com) hemos tenido la suerte de apoyar a Suez Water España para dar forma a su estrategia DISS (Digitalización, Innovación, Sostenibilidad y compromiso Social) y constatar que la economía circular cobraba gran protagonismo en las 16 soluciones innovadoras propuestas. Desde esta experiencia de primera mano, estamos convencidos de que el sector del agua será motor de innovación para la economía circular.