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Agua e Historia. Cuando el clima cambia el curso de la humanidad

  • Agua e Historia. Cuando clima cambia curso humanidad
    La Libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix (Wikipedia/CC).

Ciertos eventos en la Historia se ven catapultados por sus circunstancias climáticas, tal como demuestran los estudios que buscan la relación entre los hitos de la humanidad y las alteraciones en la meteorología.

En Más Claro Agua, Lucia De Stefano ya nos contó como por ejemplo una sequía puede contribuir a recrudecer ciertos conflictos territoriales o sociales. También Laura F. Zarza detalló en su post “La Guerra del Agua, un futuro distópico no tan lejano” que en la guerra civil en Siria, la disputa entre Bolivia y Chile por el Silala o la cuenca del río Zambeze entre Mozambique y Zimbabue, el agua podía ser motivo de tensiones entre gobiernos.

Los textos que reseño en este post van un paso más allá, y viajan hacia atrás en el tiempo para buscar la explicación de lo que hicimos en el pasado, en el clima.

  • Hace entre 70.000 y 55.000 años, los seres humanos salieron de África cuando el clima pasó de ser húmedo a muy seco y frío. Según este estudio de la Universidad de Arizona, gran parte de nuestra especie abandonó el continente africano al variar el tiempo, que era incluso más seco que lo que experimentamos hoy en día. A ello se sumó un enfriamiento de la región, lo que obligó a nuestros antepasados a buscar  nuevos asentamientos al norte de la región.
  • Los cambios climáticos afectaron a la prosperidad y caída de Roma. Según el Instituto de Investigación Federal de Suiza en Birmensdorf, existe una estrecha relación entre periodos de temperaturas y precipitaciones variables y la prosperidad y desaparición del Imperio Romano. Su descubrimiento, basado en el estudio de los anillos de los árboles, indica que los veranos cálidos y húmedos propiciaron el crecimiento en la época romana (desde el 100 a.C. hasta el 200 d.C.), mientras que el fin del Imperio Romano de Occidente coincidió con un periodo de mayor variabilidad climática entre el año 250 y el 600 aproximadamente. El clima entonces se volvió frío y seco, empeorando la producción de alimentos y deteriorando la economía imperial.

Coliseo (Wikipedia/CC).

  • La erupción del volcán Laki, considerada una de las más graves ocurridas en Islandia, influye la Revolución Francesa. En junio de 1783, entra en erupción en el sistema volcánico islandés de Grímsvötn, que abre una grieta denominada Laki de 25 kilómetros de longitud y 130 cráteres en su superficie. La nube tóxica que produjo se desplazó por el norte de Europa, haciendo que las temperaturas cayeran bruscamente. Con ello, comenzaron los sucesivos periodos de sequías, granizadas y heladas que asolaron Francia a partir de 1784, y que culminaron en una desastrosa campaña agrícola en 1788. La consecuente hambruna y malestar entre los campesinos, ya asfixiados por los tributos que tenían que pagar a las clases privilegiadas, se convirtió en unos de los detonantes de la Revolución Francesa en 1789.

Napoleón liderando a sus tropas en la Batalla del puente de Arcole (Wikipedia/CC).

Laki (Wikipedia/CC).

  • Años de sequías acaban con la civilización maya. Aunque hay muchas teorías sobre el final de los mayas, una de las más estudiadas hace referencia a las áreas de Belice y Guatemala en el siglo IX, que trajo consigo la peor sequía que la región había visto en 2.000 años. La disminución de la precipitación que arrojan las investigaciones como resultado encaja perfectamente con el colapso indígena, entre 1020 y 1100 d.C. El estudio de Universidad de Baylor en Waco, Texas, detalla la explicación del fenómeno.

Detalle del Dintel 26 de Yaxchilán (Wikipedia/CC).

De todos estos acontecimientos se pueden extraer varias conclusiones. La primera, que el clima es determinante para el ser humano: si se altera de manera rápida y extrema, las consecuencias pueden ser peligrosas para nuestra supervivencia. En segundo lugar, los fenómenos meteorológicos influyen más allá de “si va a llover o no”. La alimentación depende de ellos también. Por último, y más importante, se deduce que de las crisis ambientales nacen las crisis sociales, que pueden derivar en problemas como hambrunas o incuso guerras.

Tal y como se desarrolla el cambio climático hoy en día, tendremos que aprender de la Historia.

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