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Agua y crisis humanitarias: Cuando les dejamos atrás

  • Agua y crisis humanitarias: Cuando dejamos atrás
    Un niño refugiado de Rohingya lucha en el barro durante los primeros días de lluvia monzónica en el campamento de Kutupalong, en Cox's Bazar (© UNICEF/UN0216990/LeMoyne).
  • Agua y crisis humanitarias: Cuando dejamos atrás
    Familia Wayúu (Wikipedia/CC).
  • Agua y crisis humanitarias: Cuando dejamos atrás
    Oxfam distribuyendo agua en la zona del Cuerno de África en el período 2010-2011 (Wikipedia/CC).

El lema del Día Mundial del Agua lo dice alto y claro: no dejemos a nadie atrás. Esto implica una especial atención a los grupos más vulnerables del planeta: mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas discapacitadas y muchos otros, a menudo ignorados o discriminados en el acceso al agua potable que necesitan.

En realidad, este objetivo no debería tener un día para hacernos pensar, sino que deberíamos pensar en él todos los días, y actuar para cambiarlo si no queremos  “dejar a nadie atrás”.

De hecho, a lo largo de la historia, son muchas las ocasiones en las que colectivos desfavorecidos se han quedado muy atrás en relación al recurso. El caso de la Guajira en Colombia, la sequía en el cuerno de África o la amenaza del monzón sobre los refugiados rohingya son solo tres ejemplos que ponen de manifiesto el largo camino que nos queda aún por recorrer.

La Guajira

En 2015, el pueblo indígena Wayúu atravesó una de las peores crisis de su historia por la falta de agua.

Para entender el fenómeno, primero veamos el contexto. Los wayús o guajiros son aborígenes de la península de la Guajira, sobre el mar Caribe, que habitan territorios de Colombia y Venezuela: ocupan aproximadamente 15.300 kilómetros cuadrados del departamento colombiano de La Guajira, y 12.000 kilómetros cuadrados del estado venezolano de Zulia.

Mapa de La Guajira (Wikipedia/CC).

La zona que ocupan es de naturaleza árida y muy seca: solo hay una época de lluvias en el Juyapu, entre septiembre y diciembre, a la que le sigue una época de sequía conocida como Jemial desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para terminar con una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.

La crisis de la Guajira viene de lejos. El pueblo wayú lleva años luchando por el agua. El cambio climático ha azotado con fuerza a esta área, y la tarea de recoger agua (que recae en las mujeres) presenta cada vez mayores dificultades.

Hace 4 años, los medios de comunicación se hicieron eco de la extrema sequía que azotaba con fuerza a los guajiros. 300.000 personas veían cómo el hambre y la sed mataban a los más débiles ante la indiferencia institucional.

Mujeres y niños wayúu (Wikipedia/CC).

Poco después, el gobierno colombiano comenzó a poner en marcha una batería de medidas a través del Ministerio de Vivienda y su estrategia “Agua para La Guajira”. El escenario era en realidad más complejo de lo que a simple vista parece, pues las tramas de corrupción entre las autoridades wayú pusieron en jaque muchas de las acciones por parte de la administración colombiana, mientras que el pueblo indígena alegaba que los mega proyectos mineros eran los responsables de la falta del recurso.

Finalmente, aunque el riesgo total no se ha llegado a eliminar a lo largo de los años, varias medidas contribuyeron a dar respuesta al grave déficit de agua. Estas noticias recogen algunas de ellas:

Cuerno de África

Siguiendo con la falta de agua, en 2017 nos topamos con una sequía extraordinaria en el Cuerno de África tras el paso de 'La Niña' por el continente.

El Cuerno de África se sitúa en África Oriental, donde desagua el mar Rojo hacia el océano Índico en la parte meridional del golfo de Adén, frente a la península arábiga. Tiene una extensión de 2.000.000 millones de kilómetros cuadrados y 115 millones de habitantes. En la actualidad es una de las regiones más pobres del mundo. 

Los países que componen el Cuerno son Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía,y recibe el nombre por su forma triangular. Se caracteriza además por una gran inestabilidad política, económica y social, con guerras continuas.

Localización del Cuerno de África (Wikipedia/CC).

Hace apenas 2 años, la inesperada falta de lluvias (cayó tan solo la cuarta parte de lo esperado) agravó la situación de 17 millones de personas en riesgo de vulnerabilidad. Gran parte de Somalia, el noreste y la costa de Kenia (que estrictamente no forma parte del Cuerno pero se considera dentro del desastre) y el sureste de Etiopía, junto a la región de Afar (que aún se recuperaba de la sequía inducida por El Niño de 2015/16) se vieron afectados. 

La FAO y otros organismos internacionales lanzaron una petición de ayuda internacional para evitar una hambruna como la de 2011, con repuesta variadas por parte de la comunidad de ayuda mundial (ayudas de FAO, UE, Fondo para Emergencias).

Por desgracia, no fue suficiente. Al menos Kenia y Somalia decretaron desastre nacional, mientas que aumentaban las noticias de muertos y desplazados debido al fenómeno.

Las consecuencias no fueron mejores. Esta son algunas de las noticias que nos llegaron entonces:

A día de hoy, este tema ha dejado de ser noticia. 

Rohinyá

Los refugiados rohinyá son el último grupo olvidado, en esta ocasión por las inundaciones. 

Con casi un millón de componentes, este grupo étnico musulmán de Myanmar (Birmania) es objeto, desde 2017 y según la ONU, de una limpieza étnica por parte de las autoridades birmanas, que ha obligado a más de 622.000 de sus integrantes a refugiarse en la vecina Bangladés.

Mapa del conflicto (Save The Children)

Desde 1982, se les ha negado la ciudadanía birmana por considerarlos inmigrantes bengalíes. Actualmente, son la minoría étnica y religiosa más perseguida del planeta.

Desde su llegada al país vecino, el pueblo rohingyá se ha visto expuesto a las inclemencias del tiempo, con el monzón como protagonista. A mediados de 2018, las tormentas inundaron los campos de refugiados, a pesar de la intensa lucha contrarreloj para proteger estos emplazamientos. 

Una niña lleva a su hermano en brazos mientras cruza un arroyo inundado en Kutupalong (© UNICEF/UN0219081/Modola).

Estas circunstancias trajeron otros problemas asociados, como:

La presencia en medios ha sido algo más tibia que La Guajira o el Cuerno de África, aunque el conflicto sigue vigente y la ayuda llega con cuentagotas. 

Ante estas circunstancias, el Día Mundial del Agua tendría que hacernos reflexionar: es el momento de no dejarles atrás.

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