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Del residuo al recurso: Dos casos particulares de tratamiento de aguas en Holanda

  • Remolacha azucarera (Fotografía: Águeda García de Durango)
    Remolacha azucarera (Fotografía: Águeda García de Durango)

Si el lunes consistió en su mayor parte en la teoría acerca del marco legal e investigación (aún sin aplicar), el martes se ha centrado en dos casos muy concretos de tratamiento de aguas residuales. En ambos hay un denominador común, y es conseguir, en un punto que roza la obsesión, el aprovechamiento total de cualquier componente implicado en la gestión de estas aguas.

La primera parada ha sido una fábrica de azúcar a partir de remolacha azucarera, Suiker Unie, en Dinteloord. El tratamiento de sus aguas lo llevan a cabo en la misma planta, donde existen unas amplísimas estaciones de tratamiento de aguas cercanas al río Dintel. En la producción de azúcar, el uso de agua deriva de la extracción del azúcar de la planta (entre el 14-18% de la remolacha es azúcar y un 75-78% es agua), a la que hay que añadir la proveniente de otros procesos (lavado, abastecimiento de empleados, etc.) y el agua de lluvia, además de parte de la reutilizada en la fábrica.

El tratamiento está dividido en dos fases bien conocidas: aerobia y anaerobia. En la primera, parte del agua resultante se vierte al cauce del río y parte se destina al lavado de las instalaciones, mientras que los lodos empleados en el proceso se utilizan de nuevo en sucesivas clarificaciones. En cuanto a la fase anaerobia, los restos de azúcar aún presentes en el agua son el “alimento” perfecto para las bacterias productoras de metano, que posteriormente la compañía vende a la red eléctrica o en el transporte (el agua se vierte al río). En este punto, cabe destacar que la azucarera no consume la energía que genera, puesto que existen trabas legales y actualmente, reciben más dinero por la venta de este metano (de muy alta calidad) que el que gastan en comprar energía para abastecer el proceso productivo.

En la segunda visita, hemos continuado explorando Water Authorities como el lunes pero a nivel regional, en Aa en Maas en Den Bosch. Sus funciones, como veíamos hace dos días, se centran en la gestión de la cuenca fluvial, la protección contra inundaciones y el tratamiento de aguas residuales. De nuevo en este punto, sale a relucir la visión del agua residual como recurso y no como problema.

De hecho, hemos podido comprobar en la PTAR local (la Aa en Maas cuenta con varias bajo su supervisión) que la sostenibilidad está a la orden del día: el combustible de la PTAR (aerobia) procede de biomasa, que se recoge de un vertedero cercano. El biogás derivado del tratamiento de aguas se destina a sus propios camiones y a la red eléctrica. Por otra parte, parte de los lodos del proceso  se destinan a la incineración, ya que debido a la presencia de metales pesados está prohibido hacer compost con ellos. Finalmente, el agua es vertida en unas condiciones excepcionales de calidad.

He de decir que en este día he podido comprobar las similitudes con España en varios procesos y objetivos. Veremos si en lo sucesivo encuentro más puntos en común.

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